En 1971 la selección de fútbol femenino argentina goleó a Inglaterra en el mundial de México. Las pioneras llegaron sin DT, sin apoyo financiero, sin botines y sin médico. La historia las olvidó hasta que la nueva generación de futbolistas nacidas en la ola feminista decidió rescatarlas de la invisibilización.

La aprobación de este día fue a través de decisión política y fue reconocido por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, pero se conmemora en todo el país.

La aceptación del género femenino dentro del nivel profesional y, también, en categorías amateurs dentro del fútbol argentino, fue tremendamente discriminativa en cuanto a posibilidades deportivas y económicas se refiere.

Pero, a base de lucha, tenacidad y entrenamiento, las jugadoras argentinas, a través de los tiempos, han logrado posicionarse física, técnica y tácticamente frente a los ataques que este mundo elitista con poco valor humano les ha ido poniendo en la cancha.

Un ejemplo claro y contundente, fue Macarena Sánchez, la primera mujer paga del fútbol argentino, a quien le hicieron contrato en el Club San Lorenzo de Almagro, después de años de luchar para que el fútbol de mujeres fuera profesional.

En Rosario, existen historias similares a estas. Pero la realidad de aceptación social sobre este deporte en el género femenino es diferente a otros lugares. Se respira fútbol en todos los ámbitos y en todos los géneros. Rosario es una ciudad de Fútbol.

Conclusión dialogó con Romina Chan, futbolista, organizadora de torneos y dueña de canchas de fútbol 5, quien contó sobre la actualidad de esta actividad y de porcentaje de asistencia tienen las mujeres a los torneos de fútbol.

Al consultarle sobre los comienzos y la participación del fútbol femenino en la ciudad, la organizadora mencionó que “hace 6 o 7 años que comenzó a verse el crecimiento del fútbol femenino a grandes rasgos en la ciudad”.

“Acá con los años te das cuenta que no es la diferencia que había antes, ahora es mitad y mitad las que vienen al predio”, mencionó la dueña.

Y agregó: “Siempre fue muy machista y discriminador el ambiente futbolista. Pero con el correr del tiempo fue evolucionando y nos alegra muchísimo que haya crecido como creció”.

Hoy en día, a las chicas ya no les cuesta juntarse para ir a jugar al fútbol. “Las chicas siempre arman torneos y participan. Consiguen sponsors, tienen posibilidades”, pero el ideal sería que a nivel deportivo “exista una paridad a nivel profesional y nivel económico y en todos los aspectos: económicos, sociales físicos y de reconocimientos”.