Lucas Bernardi no se juega su cabeza en el partido ante Lanús. Eso lo tiene claro el entrenador y también lo ratificaron públicamente los directivos leprosos. Y está bien que así sea. Truncar un proyecto a sólo seis meses de su inicio porque los resultados no acompañaron sería dar pasos hacia atrás y en el Parque es hora de ponerse firme y buscar reencausar un rumbo que se perdió luego del exitoso 2013.

¿Está bien bancar al DT? Si se toma en cuenta lo deportivo la cosecha fue escasa y nadie estará conforme. El ciclo Bernardi por ahora abarca 15 partidos, con 5 triunfos, 5 empates y similar cantidad de derrotas. Una cifra idéntica a la obtenida por Américo Gallego en el primer semestre (incluyendo Copa Argentina), aunque con distinto final para el Tolo que dejó su cargo.

Entonces, ¿por qué Bernardi si y Gallego no? La pregunta es difícil de contestar, pero se puede sustentar en dos aspectos claros: Bernardi tiene más banca en la dirigencia que el Tolo, en especial del Director Deportivo Roberto Sensini, y los propios directivos saben que cambiar otra vez sería confirmar otra mala elección y seguir retrocediendo en lo futbolístico.

No hay dudas que la debilidad más importante que tiene hoy el entrenador de cara a 2016 es la resistencia de buena parte de los hinchas. En ese sentido a Bernardi le juegan en contra los tres clásicos perdidos como futbolista y las sospechas de la gente de un ‘complot’ para sacarlo a Gallego, que no es real, pero que en la calle pasó a ser una teoría conspirativa creíble. Si Bernardi no fuera Bernardi, esta campaña del segundo semestre no conformaría a nadie, pero tampoco habría críticas tan contundentes.

Este punto se resuelve con resultados, los que seguramente los directivos y los hinchas comenzarán a exigir a partir de febrero. Ahora sí el técnico estará obligado a levantar el nivel futbolístico dentro de la cancha y respaldarlo con victorias. Deberá afirmar una idea de juego en la pretemporada y convencer a los jugadores de que es el camino correcto. Newell’s necesita saber a qué juega, no ser el equipo loco de 2015 que una semana la rompe y a la siguiente pasa un papelón contra el peor equipo del torneo.

Será responsabilidad de Sensini y la dirigencia conseguir los refuerzos que el equipo necesita para tener un plantel competitivo. Figuras hay, Maxi Rodríguez, Nacho Scocco, Mauro Formica, Lucas Mugni, y el propio Boyé son jugadores que cualquier equipo quisiera tener. Pero hay que apuntalar un par de puestos donde hay carencias desde hace tiempo, en especial de mitad de cancha hacia atrás.

Un punto a favor de Bernardi es que apostó firme a la inclusión de juveniles. Sin dudas el DT tuvo la valentía de afrontar una ‘limpieza’ del plantel que venía postergada y le dio más de una decena de partidos a Unsain, Escobar, Báez, Mancini y Denis Rodríguez. Y este proceso seguramente tendrá su desenlace en el receso con la salida de varios jugadores experimentados.

Perder con Lanús no implicará la salida de Bernardi, pero ganar e intentar clasificar a la Sudamericana puede ser importante para el futuro. Para tener un 2016 con un objetivo más ambicioso, y para que el DT empiece de alguna manera a reconciliarse con los hinchas. Y eso sólo se logra con resultados.