El 29 de agosto de 2005, Central eliminó a Newell’s de la Copa Sudamericana al ganarle por 1 a 0 en el Gigante de Arroyito con gol de Germán Rivarola, tras el empate sin goles en el Coloso, una semana antes.

En una serie vibrante, de principio a fin, durante los 180 minutos, el Canalla se llevó la clasificación a la segunda ronda del certamen continental, con un final infartante, cuando el arquero Ojeda detuvo un remate de Silva, con sus piernas.

Aquella noche, por el Auriazul salieron a la cancha: Juan Ojeda; Ricardo Moreira, Ronald Raldes, Ramiro Fassi y Germán Rivarola; Paulo Ferrari, Diego Calgaro, Andrés Díaz y Emiliano Papa; Pablo Vitti y Marco Ruben.

Mientras que la Lepra, conducida por el chileno Juvenal Olmos, alistó a: Justo Villar; Nicolás Spolli, Julián Maidana, Germán Ré, Luciano Vella, Ariel Zapata, Adrián Lucero, Damián Giménez, Ignacio Scocco, Héctor Steinert y Santiago Silva.

El famoso tanto de Rivarola, que fue bautizado como “El Pirulazo”, llegó después de un centro de Ferrari, que encuentra solo al defensor y con un soberbio remate, logra batir la valla defendida por Villar.

El partido no estaba cerrado, era muy parejo, y con un gol, la Lepra se quedaba con la clasificación. Cuando se moría el partido, el uruguayo, Santiago Silva, tuvo en su taco lo que podría haber sido el empate, pero Juan Marcelo Ojeda, se quedó con esa última pelota y el delirio final.

Ese partido, trajo el recuerdo del match por Copa Libertadores de 1975, en la que Mario Alberto Kempes fue el símbolo que le marcó a Newell’s y lo dejó afuera de la competencia en la fase de grupos.