Por Alejandro Maidana

El encierro y sus fantasmas, susurros de un sueño que esconde tantos miedos como el deseo herido de libertad. Rejas y muros aferrados a un designio tan oscuro, como la matriz misma de un Estado que apelará a todo lo que tenga a su alcance, para defender su statu quo. Qué mundo les espera fuera de esa comunidad tumbera conformada por los olvidados, los desechados, por los que siempre han pululado en los márgenes de un libro escrito por miserables embusteros.

Disputando esos sentidos corroídos por la palabra dominante, los prejuicios y la estigmatización, un grupo de personas privadas de su libertad, sigue transitando un resiliente camino que tiene como única meta, gozar de los derechos que le fueron cercenados desde la cuna. Ante tanto espíritu reaccionario y deshumanizante que emerge de una opinión pública atravesada por la agenda de los dueños de todo, la respuesta militante y transformadora, busca fortalecerse cultivando una semilla revolucionaria, la de la motivación.

Simón Acosta entiende muy bien que la necesidad de contención en el afuera es vital, por experiencia propia, y por el compartir cotidiano con pibes que tienen como meta transformar sus días, pero claro ¿Y las herramientas? “Pisé por primera vez una cárcel en 2002, permaneciendo hasta el 2004 gracias a una causa por robo. Fue en ese momento donde presenté el primer proyecto sobre box inclusivo, mi segundo ingreso a un penal se da en 2011, teniendo que gozar de la libertad condicional en febrero del 2022. Actualmente estoy esperando un cupo para una unidad abierta”, le dijo a Conclusión.

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Boxeador nacido en el amateurismo pero que también supo fajarse en el profesionalismo, el hoy entrenador, carga sobre su espalda un amplio derrotero en torno a los fríos y húmedos sitios que brinda el encierro. “Transité por las unidades 23, 24, 31 y 32 de Florencio Varela, la unidad 9 de La Plata 2 veces, y ahora me encuentro llevando adelante la rutina de boxeo en la unidad 30 de General Alvear, la que ya conocía. También pasé por la unidad 45, la 6 de Dolores, la 49 de Junín, la 15 de Batán y la unidad 1 de Olmos, en todas enseñando boxeo e intentando torcer una mezquina realidad. No dejo de soñar con otra vida, no solo para mí, para los muchos pibes que sueñan con otra realidad, pero están repletos de incertidumbre, el afuera sin herramientas que puedan acompañar los procesos, genera miedo”, indicó.

Quién le dio vida al <Deportivo Box>, lleva diez años detenido, y en febrero del 2022 debería abrazar la libertad condicional. Antes de ingresar nuevamente a un penal, se encontraba enseñando boxeo a los pibes de su barrio y a sus hijos. “En ese interín llevaba a los pibes a pelear en distintos festivales, hoy nuevamente privado de mi libertad, intento resignificar la vida de los internos y la mía, enseñando el arte de los puños bajo el contexto de encierro. Acá dentro fue como una terapia para mí, recorrí más de diez unidades enseñando boxeo, incluso llevo presentados varios proyectos para poder expandir y consolidar este trabajo en la libertad. Es imprescindible que quiénes vuelvan a la calle estén contenidos al menos con una beca deportiva, ya que ayudaría a que puedan seguir ligados a este deporte. En lo particular me queda muy poco acá, y mi intención es poder contenerlos afuera con el boxeo, en el tiempo que llevo entrenando en los penales pude conocer a muchísimos pibes con ganas de seguirla afuera, pero el afuera solo te brinda soledad y ninguna posibilidad”.

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La intención del proyecto que impulsa Simón Acosta a través del <Deportico Box>, es continuar con las motivaciones que ha generado esta disciplina fuera del penal. “Necesitamos el apoyo del estado para poder acompañar a los pibes en el afuera, no queremos que vuelvan a reincidir y tropezar nuevamente con la misma piedra, por ello necesitamos políticas públicas.  Las distintas actividades y talleres en las cárceles van avanzando, pero los mismos requieren de apoyo, de lo contrario la transformación que perseguimos será solo un nuevo deseo trunco. Los pibes tienen que sentirse útiles haciendo esto, para que no delincan y baje la reincidencia. La mayoría de los pibes no sabe lo que es un sueldo, ya que se la pasaron changueando y otros delinquiendo, por ello están dispuestos a demostrarles tanto a la sociedad como a su familia que se puede”.

Proyecto: El Deportivo Inclusión y Libertad

Frente a las dificultades actuales que atravesamos las personas en contexto de encierro se busca a través de este proyecto fomentar el boxeo tanto como práctica deportiva, así como también una transformación a hábitos saludables de este noble deporte.

En pos de evitar la reincidencia delictiva, el proyecto busca acompañar a los privados de la libertad en el proceso de la pena y se divide en dos partes. Por un lado, clases y cursos de boxeo dentro de las instituciones carcelarias con el aval y los permisos pertinentes de las autoridades que correspondan. Por último, proseguir con el proyecto deportivo por fuera de la cárcel ya sea a manera recreativa o como grupo de apoyo.

El programa consta de los siguientes objetivos:

-Fomentar el boxeo en las cárceles organizando capacitaciones tales como cursos, y licencias para DT con el objetivo de lograr la reinserción socio-laboral a través del deporte.

-Brindar un espacio físico en las instalaciones del SPB para realizar prácticas deportivas.

– Formación educativa a través del dictado de clases sobre la historia del boxeo, su disciplina y exponentes más importantes. También destacar sus valores como el compañerismo, respeto, solidaridad y trabajo en grupo. Para descargar tensiones, como uso terapéutico y motivacional para los privados de la libertad. Desmitificar opiniones negativas y terminar con los estereotipos que rodean a los boxeadores.

– Que los participantes tengan la posibilidad de cursar la licencia de boxeador amateur y/o profesional y curso de DT con certificación habilitante incluidos los controles tales como exámenes médicos obligatorios pertinentes.

-Una beca económica mensual de inclusión deportiva que sirva como motivación en el deporte y como ayuda económica personal y familiar.

-La conformación de un equipo que funcione como una selección de boxeo y que participe de peleas de intercambio con otros penales y también por fuera de las instalaciones del SPB. Además de que los participantes puedan tener la posibilidad de seguir practicando este deporte una vez terminado la pena. Para ello se cuenta con un club de boxeo en la localidad de La Plata con toda la predisposición para seguir el proyecto por fuera de la cárcel.

Referente del proyecto:

Simón Máximo Acosta – DT y ex Boxeador profesional- Lic. Amateur y Profesional otorgado por la Federación Argentina de Boxeo (FAB) núm. 24.869.867 –Lic. Internacional WBC RES.I.N. JUSTICIA núm. 1.781.584/59.571.

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