Por Paulo Viglierchio

Rosario Central hizo lo que pudo en una nueva presentación en su casa. Enfrente tuvo un adversario chivo, que se está jugando la vida para evitar el descenso, sin regalar nada. Estuvo bastante incómodo y le costó imponer condiciones, ante ese escenario se destaca que salvó la ropa para seguir imbatible en el Gigante. Claro está, esto es mirando la mitad del vaso lleno y tratando de ser optimista, para poder decir lo que se puede rescatar.

Para el encuentro con el Fortín, Miguel Ángel Russo eligió mantener el mismo equipo que había vencido a Huracán, con la excepción del ingreso de Ignacio Malcorra por Maxi Lovera, el 4-2-3-1 inamovible. La primera etapa fue muy torcida para el elenco auriazul, casi nunca tuvo la pelota y cuando la tuvo decidió mal. Vélez le copó el medio, no lo dejó salir limpio desde el fondo, tapó los receptores y administró el balón con inteligencia.

Así, el doble cinco Méndez-Garayalde se impuso claramente al dúo Ortíz-Toledo y, desde esa zona neurálgica, distribuyó juego por los costados, en especial buscando la espalda siempre accesible de Coyote Rodríguez, que cada partido juega peor. Pizzini se hizo un picnic por el sector del paraguayo, complicando con su velocidad y desborde, siendo Carlos Quintana -como es habitual-el bombero para apagar los incendios. Damián Martínez tampoco la tuvo fácil con Aquino, y estuvo muy impreciso.

Rodeado, Central solo tuvo como argumento el recurrir al pelotazo para un solitario Tobías Cervera, de quien se dijo hasta el cansancio que su posición más cómoda es la de segundo delantero o a lo sumo extremo, nunca única referencia. Así, el ex Aldosivi fue fácilmente absorbido por Gianetti. Faltó fútbol y asociación, Tomás O’Connor desperdiciado por el sector derecho, cuando lo mejor que hace es por el medio, Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz aparecieron a cuentagotas, aunque lejos de ser profundos. Crear situaciones de peligro fue toda una odisea, y solo tuvo lugar un buen zurdazo del 10 que fue desactivado por Chila Gómez.

Vélez tampoco tuvo muchas, pero fue más incisivo. Avisó con un remate de media distancia de Pizzini que reventó el travesaño y concretó con un desborde del ex Independiente y Defensa por derecha, centro rasante, Broun no salió, Martínez tampoco estuvo en su posición -llegó O’Connor a cerrar como lateral- y apareció Castro por el lado puesto para abrir el marcador con un cabezazo certero. Era justo, la visita había sido más y aprovechó el desconcierto canalla. Duro golpe y tarea difícil reponerse por como se venía dando la historia.

En el complemento, Central salió a vender cara la derrota. Adentro Lovera por un intrascendente Toledo y también Sández por un flojísimo Rodríguez. Russo rompió el doble cinco y apostó por variantes más ofensivas. Con Maxi, ganó en tenencia y volumen en la mitad, ya que buscó crear con Campaz y Malcorra, O’ Connor se cerró y desde ahí si tuvo mayor influencia. Con sus mejores nombres en cancha, fue en busca del empate, ya con una otra aimagen.

Gómez contuvo un zurdazo del 30 juvenil, pero nada pudo hacer para tapar el remate esquinado de Lovera de penal. Todo como al comienzo. Ya con el empate, cuando el trámite pedía seguir con el juego por el centro, increíblemente el Canalla volvió a dividir la pelota, terreno que más favorecía a su rival. Nuevamente tuvieron lugar los errores con el balón, lo que denotó apuro para resolver, algo innecesario ya que quedaba mucho tiempo por delante.

También quedó espacio para la entrada del mexicano Martínez Dupuy, pero el delantero tuvo poca participación, sin acercamiento con el arco. Con todos los cañones en ataque, la claridad y la paciencia para buscar el hueco escaseó. Campaz no estuvo en su noche, y eso se sintió, se extrañó su desequilibrio y jerarquía para destrabar defensas cerradas, como fue la del Fortín, que tras la igualdad se abroqueló atrás para sostener la igualdad.

Con este empate, Central sumó y se mantiene en zona de copas internacionales, aunque claramente el objetivo para esta noche era otro. Un nuevo triunfo de local casi habría asegurado o dejado en buena posición la clasificación en la Sudamericana. Ahora dependerá de lo que pueda cosechar en lo que queda y también esperando una mano del resto. Trascurrida la gran alegría clásica, la principal meta sigue estando cerca pero debe seguir esforzándose para asegurarla. Sería ideal recuperar estos puntos perdidos hoy en Córdoba, ante un Instituto que viene de capa caída últimamente.