Por Pablo Martínez

La fecha 4 les dejó un sabor amargo a los equipos rosarinos, que alarmaron a los hinchas de unos y otros, al verse entre los equipos que estarían descendiendo, si hoy hubiera terminado el torneo. La locura que generan los promedios, hace que todo sea alegría en una victoria y por un empate o una derrota, se venga el mundo abajo y así será durante casi todo un año.

Lo único positivo del fin de semana, es que todavía hay mucho camino por recorrer, que el derrotero recién está empezando y los puntos obtenidos no son para despreciar. Es cierto que cuando no se suma, la calculadora es un dolor de cabeza, pero hay esperanza todavía.

La Lepra no pudo con el Fortín, desmejoró su imagen con respecto a los triunfos en casa y no tuvo respuestas cuando el rival lo superó en el complemento. El Canalla arrinconó a su rival, tuvo situaciones para ganar por más de dos goles, pero ante la mínima desconcentración, perdió dos puntos importantes en casa.

El sube y baja de los números será agobiante, no apto para cardíacos, y los equipos rosarinos, tendrán que achicar el margen de error al máximo posible. Ser efectivo será fundamental y solidificar el sector defensivo será vital.

Newell’s y Central, sumaron poco, el promedio los castiga, pero no hay que perder la calma, ambos demostraron algunas cosas interesantes, que habrá que potenciar pero también, habrá que prestar más atención en los errores, para que no se vuelvan a repetir.