Por Santiago Fraga

De febrero a diciembre, el calendario de las maratones en Rosario y la región indica una intensa actividad que se reparte entre carreras de mayor y menor longitud e importancia y que en su conjunto conforman una sostenida agenda de actividad física.

La pandemia del coronavirus y el aislamiento obligatorio, junto con todas las consecuencias ya conocidas, generan especialmente una repercusión muy grande en las asociaciones de atletismo, los clubes y entidades organizadoras de carreras -junto con todos los otros sectores que tracciona la organización de este tipo de eventos- y especialmente en los atletas, ya que desde lo económico hasta lo corporal resulta muy difícil para la actividad lidiar con este parate.

En diálogo con Conclusión, Ernesto Gorla, secretario de la Asociación Rosarina de Atletismo (Arda) y encargado de las carreras de calle, confirmó la suspensión definitiva de maratones que se han vuelto emblema como la Maratón Internacional de la Bandera -de 42 kilómetros y a disputarse en junio-, así como también la reprogramación de otras como los 15K de Puerto Norte (para noviembre) y los 21K de New Balance (para fin de octubre).

Sin embargo, si bien la idea desde hace un mes y medio era la de reprogramar la mayor cantidad de actividades posibles para el segundo semestre, actualmente han tomado la tesitura de “frenar la pelota y ver dónde se está parado”, ya que “no tiene sentido reprogramar para octubre o noviembre si no se sabe realmente cuándo la gente va a poder empezar a entrenar y a correr”.

En el camino, muchas de las carreras chicas “se fueron cayendo solas”, ya que muchos han decidido no hacerlas tanto por cuestiones económicas -pérdida de sponsors y pérdida adquisitiva para llevar adelante los costos de organización- como quizás por el simple hecho de ser organizadas en conmemoración de una fecha en particular, por lo que no tendría sentido realizarlas en otro momento.

El resto de las carreras que no fueron reprogramadas o suspendidas “están en stand by”, ya que nadie sabe “qué va a pasar”.

“A medida que se vayan habilitando tiempos de entrenamientos y salidas para la gente, iremos manejándolo y gestionando para ver cuáles entran, cuáles no, cuáles deciden mantenerse”, indicó Gorla respecto del panorama de las carreras, avisorando que tanto en mayo como en junio “no hay nada” y que quizás de julio en adelante se empiece a manejar la posibilidad de alguna carrera corta -8 o 10K-, aunque en su opinión julio lo ve “muy mal también” para organizarse actividades.

“Yo te diría de septiembre en adelante, pero tampoco tengo la seguridad, como todo el mundo. No sabemos qué se va a decidir, cómo va a seguir esta enfermedad, qué decisiones va a tomar el gobierno, cómo va a estar la gente de plata”, enumeró entre algunas de las principales incertidumbres el representante del atletismo a nivel local.

Mantenerse en estado

Además de las asociaciones y las entidades organizadoras, quienes están en dificultades son los propios corredores, que pasaron de prepararse para la alta competencia -muchos rosarinos se encontraban clasificados a campeonatos nacionales, sudamericanos o iberoamericanos- a las complicaciones del aislamiento obligatorio.

Tanto desde la asociación rosarina como a nivel provincial y nacional se ha hecho una campaña grande en redes sociales, donde todas las entidades de atletismo estimularon el entrenamiento en casa, para que los atletas se mantengan en cierto nivel físico dentro de las posibilidades de cada uno.

“Se han gestionado cintas, se han gestionado bicicletas fijas… tanto nosotros como todas las entidades hemos hecho el mismo tipo de esfuerzo”, sostuvo Ernesto Gorla, que comentó que además a los atletas, principalmente a los que se encuentran en un ritmo mucho más competitivo, también se los mantiene en estrecho contacto con los psicólogos de la federación, para que “no entren en pánico” o que “no se depriman porque se les viene abajo la masa muscular”, entre otras cosas.

La idea principal es “mantener en lo posible el entrenamiento, aunque sabemos que no es posible llegar a un nivel competitivo regular”.

“Si levantamos la cuarentena a fin de agosto, vos el 15 de septiembre no podés correr. Necesitás tiempo de maduración de los músculos, hay muchas posibilidades de complicaciones físicas, es todo un tema”, agregó el secretario de Arda, remarcando la importancia del entrenamiento en casa como método para mantener el estado y que no cueste tanto el regreso al entrenamiento y la competencia una vez pasada esta época.

Por esto mismo, desde los clubes y los grupos de entrenamiento que están relacionados con la asociación rosarina se mantiene una misma sintonía de mantener a sus entrenados con entrenamientos simultáneos online, pasándose videos unos de otros y manteniendo los entrenadores charlas permanentes con cada uno de ellos.

“Obviamente que todo el mundo sabe lo que está pasando y todo el mundo sabe que no se puede hacer otra cosa, que no es cuestión de la asociación ni de la municipalidad ni del país. Entonces, están tratando de optimizar todo el tiempo y las posibilidades que tienen, pero todo muy tranquilo, nadie está nervioso, nadie está eufórico porque vuelvan las carreras, todo el mundo está muy concienciado del problema que se está pasando y se están tomando las cosas con tranquilidad y seriedad”, concluyó.

Primer año sin la Maratón de la Bandera

Este 2020 va a ser la primera vez en 18 años de historia que no se va a realizar la maratón de 42 kilómetros, emblema en la ciudad, que paradójicamente comenzó su historia con una “casi” suspensión.

El proyecto de una gran maratón en la ciudad surgió en 1999 y se planificó para materializarse en 2002. La grave crisis económica del país comenzó a repercutir duramente en la actividad, que principalmente depende de sponsors para sostener y llevar adelante cada uno de los eventos.

En el caso rosarino, el Banco Bisel era quien principalmente iba a financiar el tan esperado evento. Sin embargo, en los primeros meses de aquel año el grupo Crèdite Agricole -que había adquirido previamente al banco- decidía irse del país y la entidad bancaria pasaría a ser intervenida por el Banco Central. A poco más de un mes para la realización del evento, el principal sponsor avisaba que no iba a poder cumplir con los compromisos asumidos.

No obstante, con esfuerzo de los organizadores y de los corredores, la maratón se llevó igualmente adelante y desde allí comenzó a realizarse ininterrumpidamente todos los años… hasta hoy.

La hoy conocida como Maratón Internacional de la Bandera, una de las más importantes de la región en su estilo junto con la de Buenos Aires, por primera vez se quedará sin su edición anual y no tendrá su versión 2020.

En la entrevista realizada con Conclusión, el secretario de la Asociación Rosarina de Atletismo, Ernesto Gorla, aseguró que “llevó mucho tiempo pensar y llegar a la conclusión de que había que suspenderla”.

“Había distintas tesituras, gente que la tenía programada para fin de año, había más de 1.500 inscriptos -que ahí hay que ver cómo se manejará ese tema, si se devuelven las inscripciones o se ofrece quedar inscriptos para el año que viene-, y algunos éramos de la idea de suspenderla porque no podemos abordar una fecha que ya la tiene el organizador de Córdoba, de Buenos Aires, de Tucumán… muchas carreras a las que nosotros íbamos a pisar, porque sabemos que Rosario tira y que después de Buenos Aires es la carrera más importante del país, entonces íbamos a chocar con otros organizadores y no queríamos rozar, no es parte de nuestra idea a la hora de organizar carreras, y por eso tomamos la decisión y estamos conformes con eso”, señaló Gorla.

La idea de no pisarse entre competiciones del mismo estilo, sumada a las dificultades que demanda organizar un evento de este tipo -según el secretario de Arda, se necesitan por lo menos de 3 a 4 meses-, generaron que finalmente se tome la difícil decisión y que los corredores de la ciudad, el país y el mundo que asisten a la cita deban esperar hasta 2021 para correr cerca del Monumento a la Bandera.