Por Santiago Fraga

En los papeles, se sabía que Vélez iba a ser el rival más complicado para Newell’s Old Boys en este grupo, pero sin dudas el mal sabor quedará más por el hecho de que la Lepra efectivamente podría haber sacado un mejor resultado de este partido.

La mala fortuna se sumó a algunos persistentes problemas individuales y tácticos que siguen repitiéndose en un equipo cada vez más diezmado, dejando como desenlace esta noche una derrota, inmerecida pero justificada, por 1 a 0 en manos del Fortín.

Especialmente a lo largo del primer tiempo y en el comienzo del segundo, sin tener demasiado volumen de juego, Newell’s consiguió generar una buena cantidad de ocasiones de gol, con algunas de ellas siendo muy claras como un remate fallido de Maximiliano Rodríguez en una posición inmejorable (luego casi clava un golazo que se estrelló en el palo), un cabezazo de Jerónimo Cacciabue que rozó el palo o una chilena de Alexis Rodríguez que se fue cerca.

Vélez, de mala defensa y gran ofensiva, tuvo menos situaciones claras pero fue más efectivo, tanto para exigir a Ramiro Macagno como para terminar encontrándose el gol en una desafortunada jugada de rebotes tras un córner.

Obvio es a esta altura que si alguna de las chances de Newell’s hubiera entrado la historia sería otra en el diario del lunes, pero al margen del resultado hubo serias cuestiones tácticas que siembran dudas, algunas propias de este partido y otras que ya vienen arrastrándose fecha a fecha.

Un ejemplo para empezar podría ser la decisión del técnico de emparejar desde el inicio a Manuel Llano, joven con un buen desgaste, una gran capacidad técnica para lanzar centros y escasas virtudes defensivas, propias de ser un volante devenido en lateral y aún en proceso de adaptación al puesto, con uno de los mejores encaradores del fútbol argentino como Ricardo Centurión. Aún a pesar de ello, el rendimiento del juvenil continúa siendo prometedor, pero difícilmente para ocupar actualmente la posición de 4 en partidos como este y sí para jugar más adelante en la cancha.

En mayor medida, uno de los grandes problemas que se hicieron costumbre se sigue encontrando en la línea de ataque, donde el rojinegro padece constantemente la ausencia de una referencia de área. A pesar del enorme esfuerzo de Sebastián Palacios y la claridad de Maxi Rodríguez y Pablo Pérez para encontrar espacios, el rol de ‘9’ se encuentra sobreestimado en este esquema, dando como efecto muchas ocasiones en que los mediocampistas como Julián Fernández o Jerónimo Cacciabue son los que terminan con la responsabilidad de definir en área chica. Es claro que la lesión de Ignacio Scocco afectó en este aspecto, pero las soluciones que ensaya el DT están muy lejos de ser efectivas y surge la duda de si en las inferiores leprosas no hay un solo centrodelantero potable para ser probado (¿qué será de la vida de Tobías Donsanti?).

No obstante, lo que da la sensación que más incidencia tuvo este domingo por parte de Frank Kudelka fueron las modificaciones realizadas durante el encuentro, aspecto que ya le fue criticado en anteriores partidos. Desde hace ya varios partidos que se sale de memoria el ingreso en simultáneo de Mauro Formica y Enzo Cabrera, generalmente como primera variante sin distinción de lo que el partido está pidiendo en ese momento, que jamás termina generando un efecto positivo en el equipo, como sí ocurre en el caso de otros futbolistas. Este aspecto fue determinante hoy, ya que el ingreso del ‘Gato’ valió la salida de Pérez, que aunque se encontraba en su estado de nerviosismo típico era notoriamente el jugador más claro con la pelota del equipo y el más punzante en ofensiva. Y se notó.

En conferencia de prensa, el DT explicaría: «Ya tenía amarilla y quise prevenir una situación que pudiera desencadenar algo peor, estaba un poco encontrado con el árbitro y quise prevenir algo que pasó hace un par de partidos atrás«. Sin embargo, ¿no hubiera valido la pena correr el riesgo?. Aún con una expulsión suya, si Newell’s ganaba esta noche ya aseguraba su clasificación, teniendo el partido con Racing como un encuentro para limpiar la sanción y llegar en condiciones al partido final.

Desde el inicio de la Copa Maradona, y salvo en los encuentros ante Lanús, Newell’s nunca encontró la manera correcta de hacer funcionar al equipo, a pesar de que en esta Zona Complementación hasta hoy se le venían dando los resultados.

Todo esto no es por caerle solamente al entrenador, que viene de hacer magia en la temporada pasada al devolverle actitud a un equipo que venía de años en caída, pero son problemas que se repitieron y se siguen repitiendo a lo largo de esta copa y preocupan mucho principalmente de cara a los próximos compromisos del equipo del Parque.

Fuera de lo táctico, algunos rendimientos individuales también dejaron mucho que desear, y es allí donde, por ejemplo, hoy entra en la mira el defensor central Santiago Gentiletti. De excelente temporada anterior, el nivel del zaguero cayó estrepitosamente en esta Copa Maradona. Si bien es una realidad que la salida de Cristian Lema lo deja más expuesto en ciertas labores, es preocupante la sensación de desgano que dejó en los últimos partidos, consagrada hoy en una serie de errores a la hora de jugar con el pie y en escenas defensivas en las que hasta se vio a Palacios implementando más sacrificio para cortar una jugada. Sin dudas, el ex San Lorenzo deberá levantar cuanto antes, en el contexto de una zaga central en la que ningún jugador parece funcionar. ¿No será momento de ir viendo de qué es capaz Manuel Capasso?.

Pese al mal resultado y a todos estos interrogantes, Newell’s Old Boys continúa puntero y con buenas chances de clasificar ya que le lleva dos goles de diferencia a Vélez, pero hay que tener en cuenta que en la última fecha la Lepra tiene una difícil parada como visitante de Racing mientras que el Fortín recibirá a Central Córdoba.

Así las cosas, el domingo que viene se definirá todo, con la expectativa de que avanzar de grupo terminaría significando, casi con seguridad, un nuevo clásico ante Rosario Central y la posibilidad de competir por un lugar en la Copa Sudamericana 2022.