Por Claudio Giglioni

En la laguna de los problemas, Newell’s tenía el agua hasta la cintura y ahora se la llevó hasta las axilas. Un equipo que profundizó sus defectos, sus errores, que no se sabe a lo que juega.

De aquella confusión que le generó el empate en La Bombonera y la victoria en Paraná, donde dejó el overol, quiso apostar a otras cosas y parecía que podía mezclarse con la punta del torneo, a este equipo que busca el overol y no lo encuentra.

Newell’s extendió su mal momento con los últimos juegos, hoy frente a Talleres que venía de perder sus últimos cinco partidos, y antes frente a Gimnasia, que le cuesta muchísimo. Del segmento Banfield, Patronato, Gimnasia y Talleres sacó sólo 4 de puntos de 12. Realmente muy poco.

Hoy el equipo se encontró muy lejos en lo físico, con los marcadores de punta demasiado adelantados, parados como laterales volantes, como si tuviera Newell’s una línea de tres, lo que hizo que los centrales se cierren a los costados y Cristian Lema y Santiago Gentiletti quedaran pagando en varias jugadas.

Newell’s no encontró el rumbo, con un mediocampo que no marca ni recupera, con un gran descenso en el rendimiento de Julián Fernández, donde se lo vio muy lejos desde lo físico a Mauro Formica y lejísimo de combate técnico y físico a Lucas Albertengo. Por eso, la Lepra se lleva sólo preocupaciones de Córdoba. Ha profundizado sus problemas y ha borrado con el codo lo que había escrito con la mano en el comienzo del campeonato.