Por Santiago Fraga

Sin lugar a dudas, Newell’s Old Boys jugó esta noche su mejor partido desde que Frank Kudelka es director técnico del equipo rojinegro. La Lepra, contundente, pasó por arriba a Colón, ganándole por 4 a 0 y hundiéndolo en la zona de descenso directo, en una tabla en la que ya le sacó 10 puntos de diferencia habiendo empezado 8 unidades por debajo.

La clave, es que a los puntos altos con los que ya contaba el equipo, como la seguridad defensiva de Cristian Lema (el mejor central que tuvo Newell’s desde Gabriel Heinze o Rolando Schiavi) y la experiencia puesta a disposición del fútbol de Maximiliano Rodríguez, las incorporaciones de Sebastián Palacios y Pablo Pérez elevaron al plantel a un nivel altamente superior. Con ellos, de repente parece todo más fácil, y cambia la imagen de aquel equipo sufriendo los partidos en la pelea por el descenso a la de uno que no solamente puede aspirar a, sino pelear por cosas más grandes.

Pese a que la fama que se le hace a Pérez es la del jugador duro, aguerrido y de tarjeta fácil, una de sus mejores características es la claridad técnica que posee. Su visión, su pisada, su juego al primer toque y su pase de cara externa, sumado a su sacrificio defensivo, lo colocan desde hace tiempo entre los volantes más importantes del torneo argentino, y en Newell’s la diferencia se nota muchísimo.

Por otra parte, la principal virtud de Palacios es la de no achicarse y apenas recibir la pelota, darse vuelta y encarar. Cuesta hacer memoria y recordar en el rojinegro un jugador que encare, y más aún uno que encare y gane, sin tener que remontarse a muchos años atrás. ¿De verdad estos dos futbolistas tenían un nivel como para que Independiente los regale? Algo claro es que el conocimiento que Kudelka tiene sobre ellos, de sus pasos por Unión y Talleres, también resulta clave para su rápida adaptación al esquema que propone el DT.

La presencia de Pérez, además, arrastra marcas que liberan a Maxi Rodríguez para pensar y hacer su juego, y afianza la seguridad de Julián Fernández para recibir más plantado a los atacantes.

Es cierto que la expulsión de Rodrigo Aliendro sobre el final del primer tiempo repercutió en el abultado resultado final, pero si la Lepra hubiera tenido mayor eficacia, ya antes de ese episodio podría haber estado ganando por al menos dos goles.

Ante el planteo defensivo de Diego Osella con dos líneas firmes, que al Newell’s del pasado semestre le hubiera costado demasiado romper, Kudelka optó por un juego mucho más rápido, al primer toque y apelando seguido a paredes, con el que pudo exponer la fragilidad de la última guardia sabalera. Malas definiciones de Luis Leal y el propio Palacios en contraataques a pura velocidad fueron la respuesta a que la Lepra no haya marcado aún más en esa primera mitad.

Precisamente, esa falta de referencia ofensiva es el gran problema que aún mantiene el rojinegro, pese a que el DT manifestó que se siente cómodo jugando con una delantera en la que nadie tenga puesto fijo (es decir, sin 9).

Otro detalle para tener en cuenta en Newell’s de cara al futuro radica en el último gol de la noche. La Lepra hace 10 años no convertía un gol de tiro libre por el torneo local, y Cristian Lema, alguien con ya comprobada experiencia en ese rubro, fue el encargado de romper ese récord nefasto. Da la sensación de que de ahora en más nadie lo moverá de ese rol -que pudo haber tenido desde un principio- a la hora de cobrar las faltas directas cerca del área.

Si el director técnico ya había encontrado la base de su once titular en el último tramo del semestre anterior, ahora con los dos refuerzos queda todo aún mucho más claro. No obstante, el karma de las lesiones aparece y a las bajas de Aníbal Moreno, Ángelo Gabrielli y Mauro Formica ahora se le suma la de Facundo Nadalín, que en caso de ser de gravedad resultará una baja fundamental para el equipo al no haber otro lateral derecho con nivel comprobado para Primera en el plantel. ¿Apostaría por Juan Freytes o Matías Orihuela con pierna cambiada o improvisaría con Braian Rivero como esta noche? Dudas que seguro Kudelka no querrá tener que resolver.

Falta un tramo largo todavía, pero salvo alguna catástrofe esta noche quedó la imagen de que Newell’s tiene lo suficiente para olvidarse del descenso por esta temporada y comenzar a pensar en la clasificación a alguna de las copas de la que viene. El hecho de que los rivales de la Copa de la Superliga sean todos directos en los promedios, hoy solo puede resultar beneficioso para este equipo.