Nombre clave para comprender la literatura argentina contemporánea, Ricardo Piglia (Adrogué, 1941) falleció hoy a causa de las complicaciones derivadas de la esclerosis lateral amiotrófica que sufría desde hace dos años.

El escritor, autor de libros como «Plata quemada» y «Respiración artificial», murió este viernes en Buenos Aires.

A los 75 años, se encontraba afectado por ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) desde hacía varios años, por lo que en los últimos tiempos vivía completamente recluido y asistido por sus familiares más íntimos.

Piglia, además, ha recibido el Premio Formentor de las letras (2015), galardonado con el Premio Rómulo Gallegos (2011) y el Premio Konex de Brillante (2014), entre otros premios y distinciones. Él siempre se consideró un lector antes que un escritor.

El primer libro del escritor fue «La invasión», compuesto por un conjunto de cuentos que publicó la editorial Jorge Alvarez. Luego llegaría «Nombre falso» y, en 1980, «Respiración artificial», novela metaliteraria que causó un terremoto en la tradición argentina.

Fue también un ensayista fino y sofisticado. De sus libros de crítica y pensamiento se pueden mencionar «Crítica y ficción», «Formas breves» y «El ultimo lector».

Desde su nacimiento en la localidad bonaerense de Adrogué el 24 de noviembre de 1941, fue autor de tres libros de cuentos, seis ensayos, una novela corta, entre 1980 y 2013 escribió cinco novelas y su obra fue traducida a quince idiomas.

En 2015 fue publicada la primera entrega de «Los diarios de Emilio Renzi», que fueron escritos a lo largo de 58 años por el autor.

El libro resume los primeros 10 años de registros que Piglia comenzó a escribir a los 16 años, y en el que se ve reflejado el período que va de 1957 a 1967.

Poco tiempo atrás se publicó la segunda parte de esa obra que conforman «Los Diarios de Emilio Renzi».

Del diario íntimo de Piglia, Andrés Ditella, dirigió la película que lleva el nombre «327 cuadernos» y que fue estrenada en septiembre de 2015.

Piglia fue profesor de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de Princeton y la Universidad de California.

Vivió entre Argentina y Estados Unidos, pero sus últimos meses los pasó en Buenos Aires por la enfermedad que padecía desde 2014.

El año pasado cerca de 90 mil personas se sumaron a una campaña para que la empresa de medicina prepaga Medicus le suministrara los medicamentos que necesitaba para la enfermedad que lo afectaba.

Medicus no había aceptado costear los medicamentos prescritos por su médico, por lo que el escritor recurrió a la Justicia en reclamo de los remedios correspondientes.

Como la prepaga no cumplía con lo resuelto por la justicia y no entregaba la medicación, Roberto Jacoby, artista y amigo del escritor, inició la campaña en la página Change.org, y juntó las firmas para que la prepaga entregara los medicamentos.