Por Mario Luzuriaga

Hace diez años Rosario lloró a una de sus grandes glorias. Un hombre simple que elevó la bandera de la ciudad en todas partes del mundo con su humor y literatura.

Roberto Fontanarrosa nos dejó unas horas antes del Día del Amigo, vaya curiosidades de la vida que justo se va de gira el tipo que tenía como uno de los grandes pilares en su vida el concepto de amistad. Pero no sólo su círculo más íntimo perdió a un amigo, también lo hizo la ciudad.

Conclusión dialogó con su hermana Perla y con Ricardo Centurión, hombre fundamental que ha trascendido en la literatura del Negro, por ser parte de la «Mesa de los Galanes».

«Estoy terriblemente emocionada, y no me esperaba este homenaje», dijo Perla con una voz quebrada. La hermana del autor se mostró muy agradecida con la Legislatura Porteña. Luego, expresó: «Es triste el momento por recordar diez años de ausencia. Pienso que de no haber sido por la enfermedad que tuvo pudo haber creado mucho más».

Por su parte, Ricardo Centurión comentaba: «Uno se siente bien porque la gente no se equivoca de querer al Negro como persona, más allá de su obra». El amigo también destacó la sencillez de Roberto y remarcó el carácter bondadoso de Fontanarrosa, diferenciandolo de otros humoristas, ya que «hay muchos personajes que pueden hacer reír, pero que en la vida cotidiana después hacen llorar». Sobre cómo era el Negro cuando compartía sus habituales dijo: «Era un tipo común que jamás quiso sobresaltar su parte artística».

El pasado viernes la Legislatura Porteña, y más precisamente el diputado Claudio Heredia, descubrió una placa honrando al Negro por su obra, y no podía ser en otro lugar que el mítico Bar «El Cairo». Allí se encontraban su seres más queridos, su esposa Gabriela Mahy, sus amigos de «La Mesa de los Galanes» y su hermana Perla.