Colombia fue el gran escenario durante mediados de los 70 hasta principios de los 90 de los capos del narcotráfico. Allí surgieron hombres como Pablo Escobar Gaviria, los hermanos Rodríguez Orejuela y otros que han hecho fortuna y cometido los más brutales asesinatos.

En esos años también llegaron otros hombre de otro país que se hicieron con el producto de Colombia para poder pasarlo a Estados Unidos, uno de los principales consumidores del mundo.

En «Narcos: México» ahora le llegó el turno a hombres provenientes de aquel país y muy ligados al poder, como lo fue Miguel Ángel Félix Gallardo (Diego Luna) un ex policía que decide dedicarse al narcotráfico, que de buenas a primeras se termina convirtiendo en el «Jefe de jefes» de los cárteles de la droga. Pero a su vez está detrás de esas actividades la agencia anti narcóticos norteamericana (DEA) que investiga los pasos de los narcos y las conexiones políticas y policiales.

Este es el nuevo escenario que le toca a esta serie que se encarga de mostrar a México como cómplice del narcotráfico  y de poner a los norteamericanos como «héroes» (a algunos) de la lucha contra estos mafiosos. Pero también tira un palo encubierto a la complicidad norteamericana, que pasa desapercibido. En si la serie logra sobrepasar la floja tercer temporada, pero no supera a las dos que cuentan la vida de Escobar.

Lo que le resta es la dicción de los personajes, ya que hablan para sus adentros y cuesta entender lo que quieren decir, pero tiene cosas muy interesantes, sobretodo el papel que tiene Diego Luna como uno de sus protagonistas. Por su parte Michael Peña interpreta bien al incorruptible agente de la DEA, Kiki Camarena.

Ya hay planes para una nueva temporada en la que se cerrará esta historia y posiblemente aparezca algún nuevo narco.

Calificación: Buena.