Por Federico Morel

La organización de fiestas independientes, lleva varios años de trabajo en la historia de la nocturnidad rosarina, con un crecimiento pujante y apuntando a los diferentes grupos de personas con gustos musicales y artísticos de diferentes índole.

Gestionar y producir un evento de características particulares, no es trabajo sencillo, teniendo en cuenta no solo la tarea administrativa, sino también la responsabilidad de velar por la seguridad de la integridad de los asistentes.

En el ideal, desarrollar estas producciones conlleva en entendimiento de los gustos de las personas que pagan una entrada y sobre todo estar a la altura de las expectativas y exigencias de un público que cada día que pasa comprende más lo que quiere.

El Fiestón en la Japo, es una producción que comenzó en diciembre del 2018 siendo autogestionada con el trabajo constante, con esfuerzo y la dedicación de quienes imaginaron este evento y quienes tuvieron la valentía de avanzar, a prueba y error, en el armado de una fiesta de altos estándares estéticos y donde la hospitalidad y el respeto resultan ser los protagonistas de la noche.

Pero no solo se requiere buena voluntad para organizar. Hay otras cuestiones que están implicadas y que deben ser bien atendidas para que una fiesta de estas características pueda cumplir el objetivo.

En el caso del Fiestón, podemos dividir diferentes áreas que deben mantenerse consistentes y aceitadas y que hacen al buen funcionamiento de una noche esperada tanto por los artistas que participan en el evento como por el público fiel.

Uno de los objetivos que tiene esta “party” es lograr que cada persona que asiste sienta pertenencia. Desde el ingreso, la calidez de quien expende las entradas, hasta los buenos modales de los trabajadores que se encargan del cuidado de los asistentes, hacen que en el espacio se respire un ambiente de amistad y confianza.

El armado estético del salón de fiesta es un detalle particular que hace la diferencia. Desde los mensajes en carteles, hasta las guirnaldas que adornan las paredes y techos, invitan a estar siempre con una sonrisa colorida en el rostro.

En relación al organigrama de participaciones artísticas, la producción del Fiestón entiende que atenerse a un horario especifico en cuanto al itinerario de los shows, es literalmente respetar a quienes hacen a la fiesta y entre los colegas, sobre todo entendiendo que se trabaja con vocación de servicio para la gente que paga una entrada. Es por eso que la rigurosidad en el cumplimiento de horarios estipulados es una obligación.

Su productor general y creador, Nicolás Aguilar ha puesto mucho hincapié en la cartelera de artistas y bandas que participan. La diversidad, para este gestor cultural independiente, cumple un rol más que relevante. Y la calidad de los espectáculos, se eleva en cada fiesta que se realiza.

Para que todo resulte en armonía en relación a las bandas musicales, el equipo técnico de Suena ha tomado la responsabilidad de atender con paciencia y diligencia las necesidades que requieren las agrupaciones para «salir a la cancha» con todo.

El Fiestón es un evento que dura aproximadamente 6 horas, por lo que debe estar garantizado un buen servicio de buffet, y de hecho lo tiene. Diego Acosta, es el responsable de alimentar con las diferentes opciones de gustos de pizzas a los comensales, las mismas que se venden en el local de la calle San Lorenzo casi Mitre, La Vecchia Cuccina.

Pero también hay que remarcar un punto que no es para nada menor: está calculado por la producción de la fiesta que en la barra una persona no puede esperar más de 35 segundos. En ese tiempo se compra, se despacha y se vuelve a la pista o, en el caso de comer, a las mesas dispuestas para ello.

Otros de los lugares donde el tiempo es tirano en un evento o fiesta, son por supuesto los baños, y aquí también se ha desarrollado una sistematización que hace que los accesos sean dinámicos y de uso rápido para todos los que necesitan usarlo. La limpieza constante de los mismos es un factor intrínseco en el servicio del Fiestón.

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El fin de semana que pasó, El Fiestón en la Japo contó con la participación de las agrupaciones musicales Güepa Jé, Jarana Paraná y la orquesta Los Peñaloza, un potente tridente de bandas de cumbia que logró mantener la alegría y la diversión hasta el último minuto de la noche.

El condimento esencial entre banda y banda es la amenización musical, la cual estuvo a cargo de Dj China, una residente de la fiesta y amiga de la casa, que conoce, sabe y se prepara para darle combustible a los bailarines.

Organizar una fiesta en tiempo y forma y lograr que todos los que participaron de la misma, público y trabajadores, regresen en paz, armonía y con una sonrisa a sus hogares, no es para cualquiera. Solo se logra cuando la pasión encendida y el corazón abierto caminan por el sendero del trabajo, el respeto y la responsabilidad. Y de esto, el Fiestón en la Japo, ha hecho una escuela.