Por Santiago Fraga

Cinco amigas dialogan alrededor de la mesa en la casa de una de ellas. Entre tragos y palabras, comienzan a aflorar las historias de cada una de ellas, quienes fueron víctimas de la violencia estatal en la última dictadura cívico-militar y en los posteriores años democráticos, perseguidas por el hecho de ser mujeres trans.

Esos relatos, con viajes entre el presente y el pasado, se funden en «Finalmente Reparadas», una obra de teatro que se encarga de mantener viva la historia y la memoria a través de sus propias protagonistas.

La obra se podrá presenciar este jueves 7 de abril en el Teatro Empleados de Comercio de Rosario (Corrientes 450), y en la previa Conclusión dialogó con Carolina Boetti, una de las actrices que ponen su historia a disposición del arte, como un método también sanador.

En sus propias palabras, “Finalmente Reparadas” es un bio-drama trata la historia de cinco mujeres trans que una tarde se encuentran en la casa de una en especial y empiezan a recordar las vivencias que tuvieron, siendo uno de los elementos enriquecedores de la propuesta el hecho de que quienes cuentan las historias son quienes a su vez las vivieron en carne propia.

La obra es del presente al pasado. Somos cinco mujeres trans en escena, y cuando volvemos al pasado actuamos nosotras mismas, haciendo nuestros propios personajes de cuando éramos jóvenes”, contó Boetti. El espectáculo tuvo su estreno en 2018 en la Sala Lavardén, a raíz de un hecho histórico que se dio en la provincia de Santa Fe, con la Reparación Histórica para Travestis y Trans víctimas de la dictadura. Carolina fue la primera mujer trans en recibir ese reconocimiento.

Nosotras cuando contábamos delante de los abogados y los jueces, para declarar por esta causa de la reparación histórica, había una secretaria que escuchaba siempre nuestras historias y decidió narrar y escribir sobre ellas. Así se formó la obra de teatro, aunque igualmente, fue una dramaturgia colectiva”, recordó la actriz.

Lógicamente, el hecho de que las historias sean narradas en primera persona también genera que la situación sea incluso más sensible y movilizante para sus protagonistas, aunque también les ayudó para poder procesar internamente aquellas vivencias.

Ahora estoy un poco más canchera, pero me acuerdo que cuando hacíamos los ensayos al inicio era muy duro, porque traer a la mente esos recuerdos muy perturbadores y las cosas que nosotras mismas escribimos y pasamos… era como una terapia. Me acuerdo que terminábamos todas llorando, abrazándonos, en los ensayos, y era todo muy lindo, muy conmovedor”, recordó Carolina Boetti en diálogo con este medio, aunque luego reparó en que “el arte ayuda a sanar las heridas” y que eso es lo más positivo de ese proceso creativo.

Boetti, solamente por ser una mujer trans, no solamente padeció la última dictadura sino que incluso con el país ya en democracia tuvo que exiliarse.

Yo me tuve que exiliar en el año 88’, ya en democracia. Las cosas para nosotras siempre fueron iguales hasta el año 2010, cuando caducó el edicto policial por el que nos llevaban detenidas. En esos años, nosotras estábamos ocultas prácticamente, no teníamos derecho a nada. Nos negaban todos los derechos básicos de la sociedad, no podíamos trabajar, ni estudiar, ni siquiera ir a un hospital. Nos teníamos que recluir todo el tiempo dentro de las pensiones donde nos dejaban vivir, prácticamente, porque ni siquiera podíamos alquilar un departamento. Fueron años muy duros, de mucha tristeza, y lo peor de todo es que nosotras naturalizábamos eso. Porque no conocíamos otra cosa. Yo cuando me exilié por primera vez ahí pude ver la libertad que se vivía en otros lugares, y poder sentarme en una plaza y disfrutar de un día de sol, o ir a un cine sin tener el temor de que me llevaban detenida”, recordó la actriz rosarina, también profesora de teatro.

En ese sentido, destacó también la importancia de la obra y de que sigan escuchando sus historias porque “es algo histórico”.

Es algo que pasó, que nos pasó, en este país, en Argentina y en todos lados. Por eso es importante, para que las nuevas generaciones sepan de dónde vinimos y que nosotras empezamos a caminar para que ellas ahora puedan correr”, remarcó.

La reparación histórica que dio puntapié al armado de este show comenzó con la citación que el entonces gobernador Miguel Lifschitz realizó para ellas, invitándolas a un acto en la sede de Gobernación.

Pensé que nos invitaba a un acto oficial para hablar, como siempre nos invitan a los actos. En ese momento, estábamos todas reunidas, había un montón de gente esa tarde, fotógrafos, periodistas, pero yo pensaba que era toda gente invitada al acto por el Día contra la Discriminación (Día provincial de lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género), pero en un momento dado un funcionario, Esteban Paulón, empezó a hablar, a contar cosas del acto, y de repente nos dio la noticia de que yo soy la primera mujer trans reparada de la provincia de Santa Fe. Imaginate que fue toda una conmoción, porque no nos esperábamos eso. Fue una cosa increíble porque empezamos todas a llorar, lloró hasta el gobernador ese día me acuerdo. Fue todo muy lindo. A raíz de ese dato tan importante, se dieron las cosas como se dieron. Después vino la obra de teatro, y gracias a la reparación histórica hoy muchas de nosotras tenemos una vida un poquito más digna hoy por hoy”, recordó sobre aquel día Carolina Boetti, primera mujer en Sudamérica en obtener un reconocimiento de ese tipo.

Así también, la artista destacó que Santa Fe ese ejemplo y modelo en esa materia, ya que otros lugares no cuentan con las leyes que existen en la provincia. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer: “Las leyes están, pero el camino todavía es muy largo porque tenemos que seguir luchando, porque todavía nos siguen maltratando, nos siguen humillando, y nos cuesta mucho conseguir trabajo y estar bien”.

Tras la función de mañana en Empleados de Comercio Rosario, la obra recorrerá Santa Fe (la semana que viene), Santiago del Estero y Buenos Aires, como los primeros puntos de lo que pretende ser una amplia gira por el país.

La obra es dirigida por Alejandra Campá y las actrices que cuentan su historia son Laly Rolón, Bibiana Blasón, Marcia Echenique, Kattyana Saenz y Carolina Boetti, acompañadas por Laureana Krupp, Wally Pereyra y Ale Bertero.