Por Lautaro Zeballos

Una búsqueda rápida en Google dice que Mariana “Lali” Espósito mide 1.54 m, pero el escenario del Metropolitano de Rosario asegura que la artista alcanza la dimensión que se proponga. Así lo demostró este domingo en un show que duró más de dos horas y repasó gran parte de su discografía.

Decir que todo comenzó exactamente a las 20.38 de esa jornada sería inexacto. Varios días antes ya había personas acampando con el objetivo de conseguir el mejor lugar posible dentro del complejo. Aquel que les permitiera ser vistas por una artista atenta a todo lo que sucede entre el público.

El espectáculo tuvo una previa en la que los gritos aparecían ante cada amague de inicio. Todo humo o movimiento sobre el escenario generaba una expectativa que se traducía a un alarido que –a su vez- acompañaba el impulso de levantar el celular para registrar un comienzo que seguramente hayan visto –en internet o presencialmente- en otras oportunidades, pero que cada cual quería hacer propio.

El estallido llegó tras una breve introducción que dio paso a Eclipse y Asesina. Luego siguieron Tu novia; Fascinada; y Somos amantes. Ese primer bloque concluyó con Bailo pa’ mi.

El show contó con cinco pantallas. Dos abocadas a reproducir lo que Lali hacía sobre el escenario; otras dos dedicadas a ambientar cada canción; y una quinta, de ubicación central, que mixturaba ambas funciones. Una puesta en escena que se complementó visualmente con un amplio juego de luces.

La cantante, actriz y compositora, que venía de agotar entradas en Córdoba la noche anterior, salió al segundo bloque completamente vestida de dorado para hacer Diva; Histeria; Irresistible y Soy.

A la mitad del recital, Lali frenó para anunciar lo que venía: Ego, una canción que –tal explicó antes de que comience a retumbar el mar de voces que la entonaría segundos más tarde- es “el himno” de sus seguidores y seguidoras.

Poco después, el acampe previo para conseguir un lugar cercano al escenario quedó recompensado. La cantante se tomó varios minutos para leer los carteles que sostenían frente a ella, donde podían leerse las más variadas dedicatorias y hasta algunos guiños cómicos que respondió con humor. Incluso jugó un piedra, papel o tijera con uno de sus fans, que la actriz perdió y pagó con un fragmento de “Reina” a capela. Un plus que no estaba en la lista de temas.

La interacción con la gente incluyó otros momentos clave. El Grupo de Varones Trans y No Binaries de Santa Fe subió a redes sociales durante la semana un video bailando N5, la última canción que sacó Mariana Espósito, y se propusieron que las imágenes lleguen a ella. Lo conseguido fue aún mayor: la propia Lali recibió la bandera del grupo durante el show y la desplegó sobre el escenario.

Más tarde, antes de empezar a cantar Enredados, Lali paró e hizo una pregunta: “¿Dónde está Lucas?”. Lo encontró a pocos metros, entre el público, y le habilitó un micrófono. Con esa “bendición”, Lucas le pidió matrimonio a Leo, su pareja, quien le dio el sí y coronó uno de los momentos de la noche. Antes le había enviado a la cantante una carta en la que contaba su historia con quien ahora es su futuro esposo. Tras leerla, Lali decidió habilitarles ese espacio para un instante que les quedará grabado de por vida.

Para esa altura, ya habían pasado -además de muchos de los ya habituales besos con bailarines y bailarinas de su equipo- Lo que tengo yo; Ladrón; Una na; no puedo olvidarte; caliente y Del Otro lado, que formaron parte del tercer bloque del espectáculo.

El último tramo de un show que en total duró algo más de dos horas estuvo protagonizado por Disciplina; Mil Años; 100º; Único; a Bailar; N5; y Como tú. A lo que se sumó un bis con Laligera  y Boomerang.

De esta manera pasó por Rosario el Disciplina Tour de Lali Espósito. Donde casi 8.000 personas recibieron a la cantante tras más de tres años sin visitas a la ciudad.

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