Por Javier Hernández (@jhernandezzok)

El líder de Nonpalidece habló con Conclusión sobre el aniversario número 25 de la banda que la encuentra con disco nuevo y giras por todo el país. El sábado lo mostrará en Rosario con un show en La Playa de la Música.

“A veces siento que la música tiene como un encuentro con el activismo”, dice  Néstor Ramljak, líder Nonpalidece en diálogo con “Conclusión”. La voz insignia de la afamada banda de reggae argentina, que está celebrando sus 25 años de carrera con la presentación de su sexto LP homónimo, se refirió al presente del grupo y a como las canciones de este nuevo material han ido madurando en cada escenario.

 

En plena agenda festivalera la banda formada por Agustín Azubel (saxo), Ariel Sciacaluga (percusión y coros), Bruno Signaroli (guitarra), Facundo Cimas (bajo), Germán Bonilla (batería), Martín Mortola (teclados) y Ramljak (voz y guitarra) llegará a Rosario este sábado para seguir mostrando su flamante disco en La Playa de la Música (Frondizi 102, al lado del Acuario municipal), a días de tocar en el Cosquín Rock y pronto a hacer lo propio en el Baradero Rock el próximo viernes, mientras calienta motores para una gira por México en marzo.

<Nonpalidece<, el disco, es un trabajo propositivo, optimista, que apuesta a ponerse en acción (“Vuela”), a hacerlo con convicción (“Intenta”), con felicidad (“La alegría manda”), centrado y siendo sí mismos (“Chances”), y por supuesto con amor propio y a la comunidad (“Los caminos”).

Deja mensajes claros y con poco espacio para las metáforas altisonantes apuntando a un abono de metas claras para la emancipación que deviene en crecimiento, o de la cual el crecimiento no es más que la consecuencia natural.

“Nada de lo que te digan podrá cambiar tu propia experiencia”, canta Néstor Ramljak en “Los caminos” (quinto tema del disco) en donde propone hacer “que las cosas sucedan y que no las sepulte el olvido”. Y que se completa con “Dejando Huella” y “Todo pasa” donde expresa la marca de madurez de esta formación de 25 años: Un camino recorrido con convicción y consistencia, celebrando la vida, poniéndole el cuerpo a los sueños.

-El año pasado eligieron Rosario para tocar por primera vez estas canciones. ¿Cómo será el nuevo show y de qué manera estos temas van tomando vuelo?

-Estamos con este clima festivalero del verano. Venimos del Cosquín, vamos para el Festival Baradero y en el medio está la fecha en Rosario. Sí bien es un lugar donde estuvimos hace poquito, también siento que la música que fuimos a presentar el año pasado rodó más y, en ese rodamiento, dan ganas de seguir tocándolas. En esta ocasión nos convocaron para ir a La Playa de la Música, un escenario inmejorable para nosotros que estamos muy conectados con el río. Es un show que está conectado con esas canciones y con los clásicos de la banda que todos quieren escuchar.

-¿Cómo vivieron estos tiempos aciagos de pandemia y de qué manera cristalizaron la incertidumbre en un disco que sale tras 6 años sin grabar?  

-Fue raro. Pasamos por distintos estadios. Al principio con incertidumbre que nos pegó como a todos y con aquellas restricciones que nos alejaron. Dejamos de vernos un poco por temor y desconocimiento, y otro poco por imposición. Hubo como un período de silencio de la banda. Después empezamos a interactuar un poco más y a entender que íbamos a tener esta situación para rato. Ahí visualizamos el objetivo de armar el disco aunque fuera en condiciones adversas y poco frecuentes como ser a la distancia. Pero fue una experiencia que nos mantuvo bastante activos. Pudimos terminar de materializar todo el trabajo en un disco que salió en pandemia. Era un objetivo que nos mantenía bien ocupados.

-El disco era una suerte de faro donde posicionar la energía vital en momentos donde la falta de certezas en ámbitos culturales era total, quizá una de las dimensiones más abandonas de la pandemia…

-En un momento nos comenzamos a entusiasmar con los resultados que comenzábamos a obtener en esta proceso que habíamos iniciado. En un momento nos juntamos y grabamos en grupos reducidos de tres personas como para darle una impronta más cercana a lo que es la esencia de la banda. Pero comenzamos a trabajar a un ritmo que no hizo entusiasmar. Todo sobre la marcha, aprendiendo y creo que el resultado fue bueno.

-¿Cómo ven esa creación desde esta presente?

-El disco vemos que se está empezando a escuchar un poco más, estamos recién comenzando a recibir las primeras críticas. Todavía estamos en un momento del año en que, después de todas las amenazas de Omicron y tantos casos que hubo hace muy poco, siento que la gente que pudo descolgarse un poco de todo en el verano, lo hizo, y recién ahora está empezando a ver cuáles fueron los lanzamientos.

-Son 25 años de carrera. ¿En qué momento los encuentra este disco para sintetizar en su título el nombre de la banda? ¿Es el disco que más los define?

-En realidad el nombre está sujeto a una votación, como hacemos con todos los discos. “Nonpalidece” estaba entre otras frases y nombres de canciones. En un momento, debatiendo y jugando con una lista tentativa, nos dimos cuenta que, de la manera en que grabamos el disco después de seis o siete años que no sacábamos uno entero, con 25 años tocando juntos con la misma formación y algunas cuestiones que nos pasaron puertas adentro que nos movilizaron el núcleo, terminó resignificándose ese nombre. Y 25 años después de nuestro debut era como una reivindicación de nuestra historia, de nuestro nombre y de lo que significa para nosotros Nonpalidece como proyecto y pyme cooperativa que somos.

-En 2009 hablamos por primera vez. Por entonces intentábamos imaginar cómo se condensaría el fenómeno que había logrado el género esos años de cara al futuro. En Rosario y en el país. Eran tiempos de explosión de bandas locales y expresiones internacionales que llegaban de visita por doquier. Pasaron muchos años. Las canciones de ustedes suelen hablar de los caminos y las huellas que dejan, en este último disco, lo hacen nuevamente. ¿Imaginabas, hace media vida, dónde podían terminar como banda?

-La verdad que no. Y, sinceramente, nuestro camino se va construyendo año a año. Y digo ese tiempo y no otro porque solemos trazarnos objetivos que son los fuertes para un año y luego alrededor de eso se genera la periferia de tocar, salir de gira por el país o internacional -como tenemos ahora en marzo en México-. Intentando seguir viajando por los países que solíamos visitar. Como el objetivo es cumplir esas metas, el tiempo va pasando. Y esos objetivos que vamos logrando se van reformulando y también tienen que ver con ese paso del tiempo, e ir detrás de ellos. La verdad que nada es demasiado diseñado. Es más espontáneo y natural, evidentemente tenemos una hermosa conexión como grupo humano que hace que sigamos en el mismo desafío.

-Te escucho y pienso en uno de aquellos viejos discos de la banda… ¿Se siguen sintiendo hoy día, como en 2013, un poco “Activistas” de este tiempo?

-Seguramente. Si, si. De hecho, cada vez hablo menos. A veces siento que la música tiene como un encuentro con el activismo: sea un activismo pro reggae, pro música consciente, hacia el medioambiente, un activismo de proponer y hacer. También flasheamos con eso: de mostrarle a la gente que se puede: se puede por vos mismo. Nosotros somos un ejemplo como banda, como cooperativa. Así que seguramente seguimos siendo activistas.

Para agendar:

Nonpalidece presentará su sexto disco LP  homónimo este sábado, desde las 21, en  La Playa de la Música (Frondizi 102, al lado del Acuario municipal). Las entradas anticipadas se encuentran a la venta en Amadeus Rock (Córdoba 1369 local 9).