Samantha Geimer, la estadounidense que en 1977, con 13 años de edad, fue abusada por el director de cine Roman Polanski, se presentó ante el tribunal de Los Ángeles que sigue el caso para pedir que cierre la causa y cese su persecución al realizador francés.

Geimer, de 54 años, acudió al lugar acompañada por el abogado del director, Harland Braun, y declaró a la prensa que estaba segura de que Polanski estaba arrepentido de lo ocurrido y afirmó que se trató de un hecho “menos traumático” de lo que se supone.

Al ser consultada sobre si consideraba que el director era un pedófilo, la mujer respondió que ella tenía “casi 14 años, no diez” y remarcó que para esa época ya era “una adolescente activa sexualmente”.

En su momento, Polanski había reconocido haber mantenido un encuentro sexual con Geimer, en la mansión de Jack Nicholson, pero siempre se refirió a esa relación como algo consentido.

Tras haber estado varios días bajo observación psiquiátrica mientras esperaba su condena, el director se escapó de Estados Unidos, motivo por el cual hasta el día de hoy no puede ingresar a ese país.

En tanto, la defensa del responsable de películas como “El bebé de Rosemary” y “El pianista”, cuyo Premio Oscar en 2003 no pudo retirar por su impedimento de ingresar a Estados Unidos, reclamó en varias oportunidades la nulidad del caso por errores en el procedimiento.

Entre otras cuestiones, alega que mantuvieron en secreto declaraciones de autoridades judiciales que sostenían que Polanski ya estaba habilitado para ingresar al país.