A lo largo del recital, casi no hablan. Entre una canción y otra, intervienen solo para agradecer. Aun así, los músicos de La Vela Puerca dicen. En todo momento comunican. Sacuden a todo aquel que escuche.

La Vela volvió este sábado a Rosario para presentar Discopático, su último material de estudio –el octavo en su carrera-, y reencontrarse con una ciudad que define como su “segunda casa”. La banda uruguaya tocó más de dos horas en el Metropolitano, recorrió gran parte de su discografía y calentó la fría noche invernal.

La actividad musical sobre el escenario comenzó alrededor de las 21. Barfeye primero –que salió al ritmo del viral ‘Eduardo, vení a buscar a Juan Cruz’- y Tobías Arribillaga después, activaron la previa. El público aportó lo suyo y, para matar la espera, coreó de principio a fin Zafar.

Cuando el reloj marcó las 22, las luces se apagaron. Un minuto después comenzaron a sonar los acordes de Contra el viento, el tema que abre Discopático. Siguieron ininterrumpidamente Calle adicción; Casi todo; Buenas mascotas; y Jugando con fuego.

Tras ese arranque, las voces de Sebastián Teysera y el Cebolla, Sebastián Cebreiro, frenaron solo unos segundos. Una breve inhalación de aire antes de que empiece a sonar La teoría.

Ese segundo bloque siguió con otra canción que integra el listado de Discopático. «Sé que vamos perdiendo, lo único que nos queda es buscar un camino distinto sin cambiar de vereda. No es seguir insistiendo en lo mismo; es buscar una idea nueva», cantaron en El paraíso.

Luego subió al escenario Diego Arquero, uno de los mayores exponentes del rap uruguayo en la actualidad, quien sumó su voz a La pastilla -el cuarto tema del último material de La Vela-.

El primer gran pogo de la noche llegó con Clarobscuro, que sacudió el Metropolitano y aceleró el agite de las banderas -entre ellas una de Uruguay, que flameó a pocos metros del escenario durante todo el recital-. El show continuó con Para siempre y Soldado de plomo, una de las más cantadas de la jornada.

La vorágine musical encontró su segunda pausa después de eso, momento en el que los músicos recordaron haber tocado en Córdoba hace unos días, al tiempo que mostraron su alegría por visitar nuevamente Rosario, a la que definieron como su «segunda casa», un lugar al que deseaban volver «como una revancha».

Ese fue el puente para que comience a sonar La revancha; que antecedió a Lo pactado y Colabore -donde las pantallas se llenaron de fotos de desaparecidos en la dictadura cívico militar uruguaya (1973-1985)-.

Después ganaron protagonismo los arpegios intimistas de En tu suelo; Para no verme más; y Dice. Los presentes cambiaron por un momento el pogo por la mirada introspectiva.

El recital continuó con Tesoro; Sin avisar; Me pierdo; Tormenta; Todo el karma; Haciéndose; y Llenos de magia, que insinuó ser un final que nadie creyó.

Había pasado ya una hora y media de espectáculo cuando la banda -que tiene a Carlos «Coli» Quijano en saxo, Alejandro Piccone en trompeta, Santiago Butler y Rafael Di Bello en guitarras, José Canedo en batería, Diego Méndez en teclados y Nicolás Lieutier en bajo- volvió para tocar un listado cargado de clásicos: Va a escampar; No sé; Zafar; vuelan palos; El viejo; y El profeta.

En un juego de roles invertidos, Teysera le pidió al público presente: «Una más y no jodemos más». La noche finalmente cerró con José sabía. Además, como parte del mismo juego, fue el propio cantante el que coreó el clásico «esta es tu casa, podés volver». Seguramente varios de los estuvieron en el Metropolitano, apenas terminó la jornada, comenzaron a esperar ese regreso.