“Que me baje la musa, pero que me encuentre trabajando” es la celebre frase de Picasso que se hizo reconocida a través de la historia, como también, son históricos los prejuicios sobre ciertos rubros u oficios laborales que tienen que ver con actividades relacionadas al arte.

Esteban Agatiello es músico, abogado y socio fundador del primer estudio de abogados para artistas. El letrado de los artistas, llegó a Rosario para dar una charla conferencia sobre los derechos intelectuales que poseen los músicos y músicas que quieren “llenar su heladera” con su arte, con su música.

Conclusión dialogó con Agatiello, quien remarcó la importancia de que los músicos conozcan sus derechos, pero también que sepan sus obligaciones.

– ¿Por qué el músico debe considerarse trabajador?

-Si hay alguien que debe considerarse trabajador cuando todo es autogestivo es el músico. Es importante que el músico se reconozca trabajador porque él es su propio sello, su propia prensa, su propio manager, sobre todo al comienzo de su carrera artística donde tiene que presentarse. Lo que sí, lo digo siempre, también le cabe plantarse en el lugar de trabajador, no solo en reclamar derechos si no en tener las mismas actitudes que un trabajador. A veces el músico toma una actitud de no crecimiento. Muchas veces no graba, no ensaya, no compone y si me pongo en el rol de trabajador, tengo que estar a la altura de ese rol. Exijamos derechos, pero también hagamos de esos derechos el cumplimiento efectivo desde nuestro lado, las obligaciones que nos caben. Si yo por un lado planteo y me declaro frente a la sociedad como trabajador y por otro lado digo que la musa inspiradora bajó y me hizo tener lo que tengo, entonces ¿trabajador? Comenzamos a dudarlo. Hay una anécdota de Fontanarrosa que cuenta que a él sus colegas le decían “a mí los personajes me hablan solos” y él respondía “a mi los personajes se me quedan mudos”, y terminaba diciendo “para hacer un chiste tengo que trabajar”.

El músico debe plantarse en el lugar de trabajador, no solo en reclamar derechos si no en tener las mismas actitudes que un trabajador

-¿Es complejo que el músico entienda que tiene derechos, pero también obligaciones?

-Primero el músico se debe plantear qué es. Cuando uno le pregunta al músico que hacés, te responde de qué trabaja, con qué llena su heladera, con qué paga sus cuentas, que está perfecto. No significa de qué vivís, si no qué ejerces habitualmente. Yo digo: si vos componés, grabás, tocás y lo hacés habitualmente, sos músico. Y como tal, tenés derechos y obligaciones.

-¿Es viable vivir de la música? ¿Se puede?

-Por supuesto que es posible. Sin ninguna duda, lo que sí es un trabajo arduo, lleva años y lo que sí uno está sumido dentro de cierto parámetros estéticos de un momento. Hay muchos artistas que no fueron reconocidos como tales y hoy por hoy son la gloria. El caso más reconocido es del Van Gogh, que solo vendió un cuadro y fue por un plato de comida. Sin embargo, Van Gogh hoy por hoy es el mejor artista plástico que dio la humanidad. El reconocimiento o no, está sumido dentro de una lógica que es cultural del momento que uno existe. Fuera de eso, el músico se tiene que plantear “Yo soy músico” y ahí desencadenará lo otro. Pero sí, estoy convencido que se puede.

-¿Cómo está la industria musical hoy en día, atravesada inevitablemente por la crisis económica?

-Voy a responder en dos nichos: primero, el parámetro siglo XXI. Me parece que la música está en el mejor de los momentos. Coexisten todos los géneros artísticos. En un momento era el tango o el folklore y hoy por hoy todos hacen todos los géneros musicales lo cual es buenísimo. Ahora, segundo, en este contexto 2018 estamos pasando una crisis que afecta a todas las artes y la gente, en donde recorta, es en el gasto. La gente no quiere cortar en el acceso a la cultura, porque seguirá escuchando los mismos discos, seguirá leyendo los mismos libros, no dejará de consumir cultura, lo que sí no podrá destinarle el mismo presupuesto que en otro momento le destinaba. Muchas veces suele decirse sobre casos como Londres que después de la guerra y el bombardeo ellos apostaron por la cultura e iban a ver obras de teatro, pero iban porque esas obras eran gratuitas y lo hacían porque justamente era una necesidad que en los malos tiempos surge con mas fuerza el consumo de cultura, el problema es que a veces no la podes pagar. En ese contexto no vamos a decir que hay menos consumo de cultura, al contrario, a veces hay más. El tema es si podré pagar por ello o no. Y ese no pagar afecta lógicamente al artista.

El reconocimiento o no, está sumido dentro de una lógica que es cultural del momento que uno existe

-¿Cual es la importancia que los artistas conozcan sus derechos y para que les sirven?

-Los derechos son fundamentales. Si no los podés aplicar, esos derechos siempre tienen una connotación, directa o indirectamente, para el lado económico y eso beneficia al artista para que pueda sostener, por lo menos, su idea creativa. El conocimiento de los derechos de autor, el conocimiento de los derechos de intérprete, el conocimiento de los derechos de productor fonográfico, muchas veces ocultos y muchas veces ninguneados por los mismos artistas. Entonces es fundamental el acceso a ellos y a ese conocimiento. Por suerte, tenemos las organizaciones de músicos que han trabajado mucho en ese sentido. Concretamente, en Rosario el Qubil y además tenemos a nivel nacional el INAMU que trabaja muchísimo por los músicos. En ese contexto, el Instituto Nacional de la Música su primer manual de formación, que esta impreso pero también en su formato digital, habla de todos los derechos de los músicos uno por uno pudiendo determinar y pudiendo hacer los tramites para desarrollarse y hacerlo realidad económicamente. Por supuesto después tendrá que ver el trabajo de propio músico. No es yo voy, me inscribo, hago el tramite y ahora ¿que pasa? Y no va a pasar nada. Si no activo mi carrera artística va a quedar en un mero papel presentado. Por eso, se necesita las dos betas: el conocimiento del músico y la acción. Primero es protección y luego es económica. Por que si vamos a un bar a tocar cobra el dueño del bar, el mozo, el sonidista y ¿el músico no? Entonces el objetivo es: si hay un negocio, que sea para todos.