La medida fue ordenada por Servini de Cubría, quien lleva adelante dos denuncias por sospechas de corrupción en los procesos de reparación en base a una denuncia de Elisa Carrió.
El abogado y papá de Alejandro, el teniente de corbeta y tripulante del submarino se lo dijo en exclusiva a Conclusión. Indicó no estar conforme como se lleva el caso, porque "realizó declaraciones mediáticas" y que sus respuestas son "a través del expediente".
Los registros detallan además severas falencias operativas que tenía el buque desaparecido.
Con cinco tripulantes, el “Galileo”, un velero oceánico de 11.50 metros de eslora, 3.75 de manga, 1.65 de puntal y 1.70 metros de calado, zarpó desde el muelle del puerto bahiense de Ingeniero White.
El marino expresó que el excomandante de Alistamiento y Adiestramiento, contraalmirante López Mazzeo, y el jefe de la Flota de Submarinos, capitán de navío Villamide, jamás le informaron que el San Juan tuvo un episodio de ingreso de agua y principio de incendio.
El funcionario tuvo que revisar su petición de dar explicaciones en una reunión secreta y debió asistir luego que la firmeza de los legisladores, avalada por los familiares, puso al titular del ministerio de Defensa en la obligación de testimoniar frente a todos.
En respuesta, la diputada sostuvo que "el ministro no puede opinar sobre la conformación de esta comisión, no tiene derecho porque lo definió otro poder del Estado".
El ministro de Defensa expone ante la Comisión Bicameral Investigadora del ARA San Juan después de haber llegado una hora y media tarde, cuestión que puso en duda su presencia por parte de los legisladores. Seguirá con una reunión reservada porque dijo que no puede revelar las causas.
El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi imputó además a miembros de la Armada y de la Fuerza Aérea por irregularidades en la contratación de Igeotest Geociencias y Exploraciones SL.
Zulma Sandobal, madre de uno de los submarinistas, denunció junto a otros allegados a los tripulantes que la magistrada les negó ver las imágenes. Además afirmó que “todos merecemos saber qué es lo que pasó”.
Como una última injuria a los 44 tripulantes desaparecidos con el submarino ARA San Juan, su búsqueda estuvo llena de engaños a la opinión pública, contando con la complicidad de los medios afines al Gobierno. Que ocultaron que Ocean Infinity es una compañía inglesa con filial en EEUU. Que el Seabed Constructor es un buque de exploración y servicios petroleros, que fue expulsado de Islandia por efectuar investigaciones clandestinas disfrazadas de rescate. Que su propietario es la compañía inglesa Swire. Que el Gobierno llamó a licitación para exploraciones petroleras, en áreas que el Saebed Constructor estaba barriendo furtivamente sin conexión satelital, y perdiendo el tiempo, en lugar de ir directamente al lugar del siniestro. Donde sospechosamente en el último día de búsqueda lo encontró, al cumplirse el aniversario de su desaparición. Habiéndose sometido la jurisdicción de dichas exploraciones a la CPA (Corte Permanente de Arbitraje) de La Haya, donde está la sede de la compañía angloholandesa Royal Dutch Shell.