Nuevamente, la propiedad ubicada en Lamadrid al 300 Bis fue el blanco de una bomba molotov. Además dejaron una nota con amenazas.
Personal de la Brigada Antiexplosivos y de Bomberos recorrieron la escuela y comprobaron que no había bombas ni explosivos. Mientras se realizó el operativo, unos 2.800 alumnos fueron evacuados y se cortó el tránsito en la zona.
Se realizó el desalojo del lugar para que los bomberos puedan realizar la requisa correspondiente, hasta el momento el resultado es negativo.
El ministro de Transporte de la Nación denunció que le enviaron mensajes intimidatorios a su celular. La Justicia determinó que se trata de las mismas personas que amenazaron de bomba distintos establecimientos.
Se los acusa de las recientes amenazas dirigidas a las estaciones de tren y de subte porteño, al búnker de Sergio Massa, en las últimas elecciones y al juez federal Ariel Lijo. Se definen como antisistemas y buscan conexiones con La Libertad Avanza.
Ezeiza y Once fueros las estaciones que recibieron dichas amenzas. Las brigadas de explosivos de la Policía de la Ciudad y bonaerense realizaron los operativos para descartar la presencia de objetos explosivos.
El turístico Museo del Louvre también cerró sus puertas por alertas similares a las que se vienen repitiendo en los últimos días. Hubo unos 130 vuelos anulados.
El Palacio de Versalles, una de las principales atracciones turísticas de Francia, se encontraba en curso de evacuación de nuevo este miércoles por un aviso de bomba, como ya ocurrió la víspera y el pasado sábado, informó la agencia de noticias francesa AFP, que citó a fuentes de la Policía.
Francia aumentó el nivel de alerta el viernes a "emergencia atentado", después de que un hombre radicalizado matara a un profesor de secundaria en la norteña ciudad de Arras y en un contexto de tensión por el conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas.
Según la prensa francesa, unas 15.000 personas fueron evacuadas del museo, el más grande del mundo, que en 2022 recibió a casi 8 millones de personas.
La celebración está mayoritariamente aceptada en ese país asiático, aunque algunos la cuestionan por considerarla una invasión injustificada.
Tras lo ocurrido, la sede cubana confirmó haber facilitado el acceso a las autoridades estadounidenses a su embajada para la toma de muestras de los explosivos.