"El animal se encontraba deambulando por el departamento cuando ingresamos, aparentemente se encuentra en buen estado y sería una hembra de un año y medio", declaró el juez.
Voceros judiciales informaron que los allanamientos se realizaron en el Mercado Armonía y en distintos negocios en las localidades de La Banda, Las Termas de Río Hondo y la capital santiagueña.
La investigación fue realizada por World Animal Protection, donde se puede observar a los trabajadores de carga de la aerolínea permitiendo el paso y comercio de los exóticos animales, entre los que se encontraron loros grises africanos con destino hacia el Medio Oriente, así como al oeste y sureste de Asia.
La policía acudió al pedido de auxilio de la víctima desde una ventana de Calvo al 1300. Días atrás su ex pareja la fue a buscar a su domicilio y bajo amenaza con un arma de fuego la introdujo en un auto.
La hembra falleció a los 37 años y causó conmoción en territorio asiático. Nació en estado salvaje, pero fue rescatada muy joven después de haber caído en un río en el suroeste de China. Desde entonces, vivía en cautiverio.
Los animales se encontraban encerrados dentro de una vivienda de la capital de la provincia mediterránea. También se secuestraron jaulas y tramperos.
Tras un cautiverio de más de tres años, las jóvenes que fueron secuestradas en la escuela de la ciudad nororiental de Chibok, fueron dadas en libertad luego de arduas negociaciones que mantuvo el gobierno.
Jia Jia, cuyo nombre significa "buena", falleció anoche en un parque de atracciones a los 37 años, el equivalente a 114 años de un ser humano.
Según expertos, en los últimos cinco años se consolidó en Argentina una tendencia mundial el debate sobre si los animales deben ser considerados sujetos en lugar de objetos de derecho.
Fue hoy en el zoo Adventure World de Wakayama, famoso por su programa de cría en cautiverio de esa especie amenazada implementado en estrecha cooperación con las autoridades chinas.
El 31 de diciembre de 1997 se cerraba definitivamente. Los animales, incapacitados por sus años de cautiverio para vivir en libertad, pasan sus días al cuidado de Beba Linaro, última directora del lugar.