Según el primer ministro Scott Morrison, el responsable del ataque es "un sofisticado actor estatal".
El ataque consistió en la publicación de un mensaje proiraní en la página principal del organismo junto a un montaje fotográfico en el que se veía al presidente estadounidense, Donald Trump, recibiendo un puñetazo en la cara y con la boca ensangrentada.
El gobierno de Pedro Sánchez respondió de esta manera a la solicitud de la Unión Europea al respecto de este tema. Aspiran a que ello no incida en las elecciones del 28 de abril.
En los Estados Unidos vinculan a la Agencia Federal de Noticias (FAN), con el oligarca Yevgeny Prigozhin, a quien también le adjudican el control de la Agencia de Investigación de Internet (IRA), la "fábrica de trolls" acusada por Washington de comandar la campaña en redes sociales para interferir en las elecciones de 2016 que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca.
Aún no se ha identificado a los responsables de esta difusión, de una amplitud sin precedentes en el mundo político alemán e incluyó hasta a la canciller Angela Merkel. Sin embargo desde el gobierno alemán afirmaron que no se reveló "ningún dato sensible" de la cancillería.
Las apps forman parte de una red de equipos que se infectan y luego se usan parta lanzar ataques contra más de 70.000 dispositivos.
Más de la mitad de usuarios de la compañía estatal de líneas telefónicas de Venezuela quedaron sin servicio a raíz de un ataque informático.
El virus afectó archivos de importantes compañías europeas y se trasladó hacia Argentina, Chile y Colombia. Piden dinero a cambio de la devolución de los datos mediante un servicio de descifrado.
Este ataque informático ocurre en plena crisis del Golfo, después de que Arabia Saudí decidiera romper relaciones con Catar. Según fuentes, el intento de pirateo tiene como objetivo "todos sus sistemas".
Investigadores en asuntos de espionaje y seguridad virtual detectaron un posible vínculo del país asiático con los ciberataques que causaron estragos en todo el mundo el viernes pasado.
El presidente ruso aseguró que su país no tiene nada que ver con el virus que afectó a más de 200.000 computadoras y acusó a los servicios secretos de Estados Unidos de ser "la fuente primaria".
Investigadores y expertos informáticos internacionales tratan de seguir el rastro de los responsables de haber causado tal daño informático en más de 150 países. Temen que vuelva a actuar.