El vicepresidente de Estados Unidos dijo que hay "nubarrones en el horizonte" y calificó al régimen comunista de Corea del Norte de la "amenaza más peligrosa y urgente para la paz y la seguridad en Asia Pacífico".
El ejército de Afganistán informó este domingo que aumentó el número de fallecidos por el proyectil lanzado por Estados Unidos el pasado jueves sobre una base del Estado Islámico (EI).
El hecho tuvo lugar en Columbus, Ohio. Dos de las víctimas se encuentran en estado crítico.
Seúl cree que podría tratarse de un misil de rango intermedio, tipo KN-15 o Scud, mientras que fuentes del Gobierno estadounidense descartaron que se trate de un misil intercontinental.
Las mayores marchas se esperan en Nueva York, Los Angeles y en la capital, Washington, donde la protesta discurrirá desde el Capitolio, sede del Congreso, hasta la Casa Blanca.
Entre los fallecidos se encontrarían al menos cuatro altos dirigentes de la sección afgana de Estado Islámico en Korasán, según el portavoz de la Gobernación de Nangarhar, quien confirmó la completa destrucción de la zona del impacto.
Corea del Norte garantizó la exacta difusión de sus advertencias gracias a que en esta ocasión permitió el ingreso de casi dos centenares de periodistas extranjeros, algo inusual en el cerrado régimen comunista.
Un comunicado que anunció la agencia KCNA cita el reciente ataque aéreo estadounidense contra Siria y asegura que la administración del presidente Donald Trump "ha entrado en un camino de amenaza abierta y chantaje" contra el gobierno de Pyongyang.
El país norteamericano lanzó el proyectil contra un bastión del grupo yihadista del Estado Islámico. Es la primera vez que esta bomba desarrollada a partir de la guerra en Irak es utilizada en combate.
Así lo aseguraron autoridades afganas luego de que el proyectil no nuclear más potente del arsenal estadounidense atacara el este de ese país. Además, destruyó una importante instalación del Estado Islámico.
El cuerpo de Sheila Abdus-Salaam, de 65 años y destacada jurista adjunta del Tribunal Superior de Nueva York, fue encontrado flotando en la ribera oeste de Manhattan. Aún se espera el informe de la autopsia para determinar la causa de la muerte.
Por orden de Donald Trump, el país del norte arrojó una GBU-43 hacia cuevas del grupo terrorista. El armamento pesa unos 10.000 kilogramos y es conocido como "la madre de todas las bombas".