"El Domingo de Ramos el papa Francisco había pedido una tregua pascual para llegar a la paz” reza una comunicación publicada por el Vaticano. El pasado 10 de abril Francisco había pedido una tregua que no fue escuchada por las naciones en conflicto.
El Papa aseguró que "el mundo está en guerra" y lamentó los enfrentamientos en distintos puntos del planeta.
Zatti había sido beatificado por el papa Juan Pablo II en abril de 2002, por un milagro que lograron confirmar dos años antes los médicos de la Sagrada Congregación de los Santos en Roma.
En la misiva Jorge Bergoglio también le agradeció al presidente que le escribiera en marzo pasado cuando se cumplió un nuevo aniversario de su elección como Sumo Pontífice.
El legislador nacional, Eduardo Valdés dijo Sobre el proyecto presentado por el oficialismo en el Senado, que en caso de que se apruebe van a poder ayudar con Argentina en el cumplimineto de sus obligaciones con el FMI.
"En estos días siguen entrando en nuestras casas noticias e imágenes de muerte, mientras las bombas destruyen las casas de tantos de nuestros hermanos y hermanas ucranianos indefensos", planteó el pontífice durante la celebración en la Basílica de San Pedro.
El Papa además contó que le dio "vergüenza" leer que un grupo de Estados va a "gastar el 2 por ciento del PBI para comprar armas" para destinarlas a Ucrania.
El sumo pontífice se reunió con el embajador Alexander Avdeev a quien le manifestó su “preocupación por la guerra”. Estuvo reunido durante más de media hora.
Entre los puntos más importantes, la nueva carta magna prevé la creación de un nuevo Dicasterio dedicado a la Evangelización y la fusión de varias oficinas vaticanas, por ejemplo, las destinadas a Educación y Cultura.
La designación se suma a la de otras argentinas que participan de la estructura vaticana como la periodista Silvina Pérez, quien había sido nombrada al frente de la versión en español del L’Osservatore Romano.
El Sumo Pontífice apuntó contra la “desinformación basada en el miedo” durante un discurso desde la Sala Clementina del Palacio Apostólico.
"Nos hemos obsesionado con las necesidades, con lo que comeremos o con qué nos vestiremos, dejando que se volatilice el deseo de aquello que va más allá", criticó Francisco.