El sábado pasado ambas partes habían acordado una tregua humanitaria en la zona del conflicto en Nagorno Karabaj que debía regir desde la hora cero del domingo. Los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas habían llamado a los países en litigio a que respeten el nuevo alto al fuego.
El diálogo se produce poco después de los acuerdos de normalización de las relaciones con Israel firmados por Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin en la Casa Blanca, y a unas dos semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, aseguró que "sin el compromiso activo de Turquía, esta guerra no hubiera empezado" y se mostró confiado en que "si la situación lo exige, Rusia cumplirá con sus obligaciones", como su aliado militar.
La FIA ratificó el regreso del Gran Premio de Turquía en el Istanbul Park, donde se corrió por última vez en 2011.
El presidente Mahmud Abbás tachó de traición el nuevo convenio mientras que su par turco, Recep Tayyip Erdogan, señaló que "si es necesario" retirará al representante de su país de la capital árabe porque declaró estar "del lado de Palestina".
Mientras Europa destruye a conciencia la idea de Cristiandad, a la que debe su ser, de la que ha surgido como un sujeto histórico diferenciado, Turquía vuelve al Islam, redescubre su alma y se reencuentra en la magia sutil del sufismo.
El gobierno de Turquía decretó que la emblemática basílica ortodoxa de Santa Sofía, devenida en museo y patrimonio de la Unesco, volverá a ser un templo los fieles musulmanes, un hecho que no cayó muy bien en el Vaticano.
Construida en el Siglo VI, la catedral ya había sido transformada en Mezquita a partir de 1.453 cuando cayó el imperio bizantino para dar origen al turco, pero en 1.934 pasó a convertirse en museo y por lo tanto había quedado en manos del poder secular.
Así lo remarcó el premier de Turquía Recep Tayip Erdogan; que además consideró que “Turquía no queda afuera de eso; pero poco a poco se volverá a la normalidad”. El informe de la periodista Ariana Forte, desde el país euroasiático, especial para Conclusión.
Con gases y chorros de agua desde caros hidrantes, las fuerzas policiales helénicas actuaron en el paso fronterizo de Kastaniés, al noroeste del país, mientras desde el lado turco, sus policías disparaban gases lacrimógenos.
Rusia y Turquía decidieron parar la escalada, desde la medianoche local, que provocó una crisis humanitaria. Desde el Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguraron que “hay ausencia total de aviones de guerra ruso en el espacio aéreo de la zona.
En los últimos días, miles de personas llegaron a la frontera turca-griega y, pese a las expectativas, se encontraron que del otro lado, el europeo, el cierre seguía vigente.