Comer saludable y rico es una decisión. Y si podemos mejorar la alimentación cocinando en casa y optando por lo casero aún mejor. Hoy, detallaremos los pasos para poder deshidratar frutas en nuestra cocina y tener una opción rica y saludable para grandes y chicos.

Uvas o ciruelas pasas, orejones, dátiles, higos o tomates secos y variedad de frutas que han sido deshidratadas no sólo concentran su aporte energético que igualmente no supera las 300 Kcal por cada 100 gramos, sino que además, tienen la buena capacidad de concentrar nutrientes que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente.

Así, una característica común a las frutas deshidratadas o desecadas es su alto contenido en fibra que puede ir desde los 5 gramos por cada 100 gramos en las uvas pasas hasta los 18 gramos en las ciruelas pasa, lo cual las convierte en un excelente alimento para revertir o prevenir el estreñimiento y favorecer el funcionamiento intestinal.

Además, las frutas deshidratadas constituyen una buena fuente de hierro, entre los que destaca el orejón de melocotón y el higo seco, aunque también pueden sumar calcio a la dieta, siendo los ejemplares que más concentran de este mineral el higo seco y las uvas pasas.

Asimismo, en general las frutas desecadas constituyen una buena fuente de potasio y de vitaminas del complejo B, así como de vitamina E y otros antioxidantes, por lo que son un alimento ideal para deportistas que buscan recuperarse tras un esfuerzo intenso y también, resultan frutas apropiadas para quienes tienen hipertensión arterial, dado su bajo contenido en sodio y su riqueza en otros micronutrientes.

¡A deshidratar!

Sólo necesitarás algunas frutas y un horno para deshidratarlas. Si ya tienes un deshidratador de frutas la tarea es más sencilla, pero un horno normal hará también esa función perfectamente.

1º paso: selección de la fruta

Hay varias opciones de frutas para deshidratar. Si bien depende del gusto y ganas de cada uno, las opciones más comunes son manzanas, duraznos, ciruelas, bananas, peras, cáscara de cítricos, ananá, etcétera.

2º paso: cortar

Luego de lavar bien la fruta, se procede a cortarla. La mejor opción son rebanadas o cubos ya que permitirá mejor tratamiento en el horno.

En el caso de las frutas con carozo, se deben cortar a la mitad y quitarlo. Ejemplo: cerezas, manzanas, peras, duraznos.

Corta las rodajas más bien gruesas y los trozos de tamaños similares para que se sequen todos a la vez.

3º: opciones de secado

Al sol

Es una de las maneras en que puedes secar tus frutas y la más ecológica. El inconveniente es que solo funciona para aquellas personas que viven en climas superiores a los 40°C.

Es un proceso que lleva más tiempo y el clima debe ser bastante seco. Pero no te preocupes, si esta no es la opción indicada para ti, te mostraremos otras.

Coloca las rebanadas de frutas sobre una bandeja y ponlas directamente al sol. Además debes voltear la fruta una vez al día para que seque de manera uniforme.

Durante la noche guarda las bandejas para evitar el rocío.

Al horno

Precalentar el horno a 60°C. Pon las bandejas con la frutas y deja la puerta del horno un poco abierta. De esta manera permites la salida de cualquier vapor.

4º: chequear si esta lista su deshidratación

Cada tipo de fruta tiene un tiempo de sacado, por lo cual deberás probar si esta seca de la siguiente manera:

Toca un pedazo de fruta si compruebas que esta seca pero no frágil y que es flexible, ya está lista.

Toma un pedazo de la fruta y córtala. Si aún hay restos de humedad es posible que necesite un poco más dentro del horno.

5º: A disfrutar

Listo. Ahora a disfrutarla. Son infinitas las opciones que se pueden utilizar. Meriendas con yogurt, en budines, pan dulces, tortas, en preparaciones saladas y dulces. A crear y disfrutar de algo rico, sano y hecho en casa.