Este lunes, con sede en Ginebra y en el año del centenario de la creación de la Organización Internacional del Trabajo comenzó la 108º Conferencia Internacional del Trabajo.

Participaron de la sesión inaugural representantes de Gobiernos, trabajadores y empleadores de los 187 miembros de la entidad.

La jornada inaugural, encabezada por el Director General de OIT, Guy Ryder, quedó envuelta en fuertes críticas de las delegaciones ante el fuerte operativo de seguridad que opacó la sesión inaugural en la Sala de Asambleas del Palacio de las Naciones. El desmedido control en el ingreso provocó que muchas delegaciones no pudieran entrar y que, a pesar de que el número de inscriptos superaba ampliamente al del año 2018, la sala estuviera visiblemente más vacía.

La otra queja que recibieron los organizadores fue la imposibilidad de presenciar la Plenaria, el acto donde se expresaron los principales dirigentes de la OIT, realizado luego de la inauguración. Esta situación despertó muchas críticas.

Una mirada sobre la Justicia Social

La Justicia Social fue el término elegido por Gyder para comenzar su discurso, tomando palabras de su predecesor Albert Thomas en 1926: “A pesar de toda la miseria de un mundo que todavía está dividido y en crisis. A pesar de todas las dificultades de los pueblos para reunirse y conocernos, creemos que, a través de la OIT, se establecerá la justicia social en el mundo”.

“Este no es un ejercicio oscuro, introvertido o autoindulgente para marcar 100 años de una venerable organización. Se trata de abordar los problemas que más importan a las personas, en un momento en el que ven una necesidad urgente de respuestas y actuación, y en el que se cuestiona nuestra capacidad colectiva para proporcionar tales respuestas. Un momento en que las personas sienten la necesidad de recuperar el control de sus vidas”, declaró Ryder.

El director general de OIT señaló que el reto, al cumplirse el centenario, será abordar la problemática del futuro del trabajo, que será el informe principal de la Conferencia.

En contexto, aseguró que “las libertades de asociación y expresión son esenciales para el progreso sostenido”.

El trabajo de las Comisiones

Tras la apertura, fue el turno del trabajo de las distintas Comisiones que conforman la Conferencia. No hubo grandes novedades. La atención se centró en las negociaciones para determinar cuáles serán los 24 casos que entrarán a la Comisión de Aplicación de Normas, tal vez el espacio más importante de la cumbre, donde se define la aplicación de los convenios de la OIT y se evalúan los casos denunciados por las partes hacia los Estados.

Los argentinos en la jornada inaugural

En la sesión de inicio estuvieron presentes el Secretario de Trabajo de la Nación, Lucas Fernández Aparicio; el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez (designado Vicepresidente del Grupo de los Trabajadores), y Ricardo Peidro, secretario general de la CTA-Autónoma.

Ginebra aún no recibió a la mayoría de los dirigentes gremiales que conforman la delegación oficial argentina. Hasta el momento, sólo se observa a un numeroso grupo de técnicos y un puñado de sindicalistas.

Ya están en tierras suizas el secretario general de la Unión Ferroviaria, Sergio Sasia; el titular de Cerveceros, Carlos Frigerio; y el secretario adjunto de la FATUN, Marcelo Di Stefano; entre otros dirigentes de segundas líneas.

El judicial Julio Piumato -secretario de DDHH de CGT- encabeza un importante equipo de trabajo, con presencia en la mayoría de las Comisiones.

Para el domingo se espera la llegada del ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que será protagonista de la Comisión Plenaria. También arribarán a Juan Carlos Schmid (líder de gremios de transporte de la CATT) y Andrés Rodríguez (secretario adjunto de la CGT).