En el marco de una situación de crisis en la televisión por la caída en las audiencias y en los ingresos por publicidad, la compañía que tiene la concesión de Canal 9 presentó ante la Secretaría de Trabajo un proceso preventivo de crisis.

En un comunicado que hizo circular por los pasillos del canal, la empresa informó a sus empleados que «la compañía se encuentra en una situación económico-financiera crítica, que le hace imposible asumir los compromisos de pago de salarios y, más aún, los incrementos salariales solicitados (…) Es por ello que, debido a la gravedad y magnitud de la crisis, la compañía está presentando ante el Ministerio de Trabajo un procedimiento preventivo de crisis», agrega la información en referencia a la Secretaría que tiene a cargo Jorge Triaca.

En esa línea, el grupo que controla Canal 9, Telearte SA aseguró que «a lo largo de estos años, la empresa ha realizado todos los esfuerzos posibles a fin de evitar esta situación». «Sin embargo, y a pesar de estos esfuerzos, la delicada situación que desde hace algunos años atraviesa la televisión abierta, sumada a la rigidez de los Convenios Colectivos y en muchas ocasiones la intransigencia de los sindicatos para la modificación y optimización de los recursos, han llevado a la compañía a esta instancia crítica», destacó el comunicado.

Esta mañana, autoridades del canal y representantes de los trabajadores mantuvieron una nueva reunión en la que se analizó la situación de la empresa, que emplea a unos 600 trabajadores, y que este año empezó a producir contenido en la Argentina después de años de haber puesto al aire programas enlatados producidos en otros países.

Uno de los planteos de Telearte tiene que ver con que en el marco de una caída generalizada en el encendido en la televisión de aire (el rating promedio de 2017 fue el más bajo desde 2004), y en la recaudación publicitaria (se registró una caída de la inversión real del 70% en el último año), es que las empresas tienen que lidiar con cambios en los hábitos de consumo de las personas, mientras los sindicatos se muestran inflexibles a la hora de defender tareas laborales establecidas en un convenio de 1975.

Los más de 40 años que tiene el Convenio Colectivo 131 de 1975 -cuando gobernaba Isabel Perón, no existía internet ni las cámaras robóticas- es uno de los problemas que cita Canal 9 como causa de su situación económica. Es que, por ejemplo, la letra del acuerdo contempla una jornada laboral de seis horas, algo que estaba fundamentado en que en esa época, las cámaras de televisión pesaban más de 200 kilos y generaban hasta 55 grados de temperatura, por lo que eran necesarias tres personas para hacer un trabajo que en sets de TV modernos hace un trabajador.

Otro ejemplo de esto tiene que ver con los móviles: según el convenio, un equipo de exteriores tiene que llevar a un conductor, un mecánico, un técnico, un productor, un sonidista y un camarógrafo, además del movilero.

El convenio de trabajo firmado en 1975 impone a las empresas algunas condiciones que hoy se hacen prácticamente imposibles desde lo económico como la establecida en el Artículo 152 que señala la obligatoriedad de entregar dos mudas de ropa a todo el personal por año. En esa línea, el convenio también contempla en el Artículo 147 que un empleado con tres años de antigüedad tiene derecho a pedir licencia sin goce de sueldo por hasta 90 días.

Este problema ya había sido planteado por el fundador y CEO de Mercadolibre, Marcos Galperín, quien advirtió en reiteradas oportunidades que el marco laboral de la Argentina «se basa en empleos que van a desaparecer», algo que ya sucede en la televisión abierta nacional, así como en otras industrias.

La presentación de Canal 9 ante la Secretaría de Trabajo es un ejemplo más de lo complicado que es llevar adelante un medio de comunicación en un marco de revolución tecnológica, caída del rating y de la publicidad.