La sucursal del supermercado Carrefour de Boedo abrió este domingo por última vez sus puertas, ya que debe entregar los terrenos para la construcción del nuevo estadio de San Lorenzo, lo que generó opiniones cruzadas de los vecinos e incertidumbre en los empleados.

Tras más de tres décadas operando en el lugar, el supermercado entregará el predio a fines de junio a ese club, cuyas autoridades levantarán allí un nuevo estadio con capacidad para 42.000 personas, de acuerdo a la ley aprobada por la Legislatura porteña en 2012 sobre la expropiación de esos terrenos.

Carrefour tendrá hasta fines de junio para desarmar las instalaciones y llevar las mercaderías a otras sucursales.

El cierre de la sede impactará en los 170 empleados que trabajan allí. Algunos aceptaron los retiros voluntarios con indemnización del orden del 175% que ofrecía la empresa, que también aseguró el pago del salario de mayo y una cobertura de la obra social hasta final de año, mientras que otros esperan ser reubicados en distintas sucursales.

«Nos dijeron que nos van a reubicar, pero hasta ahora no sabemos más nada», contó Juan, de 42 años, quien trabaja allí desde hace más de 15. Explicó que deben «desarmar las instalaciones y preparar la mercadería para llevarla a otros lugares», y reconoció que a pesar de que la empresa aseguró que no habría despidos, «tiene miedo de perder su puesto de trabajo».

Carlos, otro empleado de la sección verdulería, comentó que «muchos tomaron los retiros voluntarios en abril y se fueron», pero que él «quiere seguir trabajando allí, ya que está desde hace 14 años». «Incluso si me reubican voy a tener que modificar mi vida. Soy de Lanús, hay que ver a qué sucursal me mandan», se preocupó.

La construcción de la nueva cancha, que muy probablemente lleve el nombre de «Papa Francisco», demandará una inversión de dinero que San Lorenzo deberá recaudar en los próximos años, mientras que hasta el momento no se definió qué se hará con el predio que quedará abandonado tras la salida del hipermercado.