La semana laboral de cuatro días tendrá su experiencia piloto en Gran Bretaña a partir del próximo mes de junio, cuando unas 30 empresas permitirán que sus empleados trabajen durante 32 horas sin que por ello se les modifique ni sus sueldos ni los beneficios que de la actividad laboral se desprende.

El programa tendrá una duración de seis meses y forma parte de un conjunto de ellos de la misma naturaleza bajo el nombre 4 Day Week Global en todo el mundo, que abogan por la instauración de una semana laboral más corta.

Según consignó Bloomberg, existen otras experiencias del mismo tipo que comenzarán en Estados Unidos e Irlanda mientras que se planean otras en Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

Al respecto, el director de la Campaña de la Semana de Cuatro Días en el Reino Unido, Joe Ryle, dijo que “pasar a una semana de cuatro días sería beneficioso para las empresas” y afirmó que “los estudios han demostrado que la productividad mejora junto con las ganancias correspondientes en el bienestar de los trabajadores”.

Los monitoreos sobre la experiencia apuntarán hacia la medición del impacto en el bienestar de los trabajadores, al efecto que producirá en el medio ambiente y a la igualdad de género, según expuso 4 Day Week Global en un comunicado.

En tal sentido, el gerente del programa piloto de la campaña, Joe O’Connor, manifestó que el programa contribuirá a que “las empresas dejen de medir simplemente cuánto tiempo están las personas ‘en el trabajo’ y se enfoquen más en el resultado que se está produciendo”.