En una encuentro del martes pasado, se propuso una vez más desde el gremialismo cercano al gobierno el debate para concretar la unidad sindical con la escindida CGT de Hugo Moyano. Si bien estas expectativas son anhelos en las que todos concuerdan para fortalecer al movimiento obrero de cara al nuevo gobierno, las diferencias están marcadas en torno a los tiempos de la reconciliación con los moyanistas.

Quienes presionan por apretar el acelerador para materializar la unidad son los “independientes”, la Unión del Personal Civil de la Nación (Upcn), comandados por Andrés Rodríguez, quien ofició de anfitrión en la reunión del martes, la UOCRA de Gerardo Martínez, y el Sindicato de Obras Sanitarias, cuyo líder José Luis Lingeri no concurrió al conclave por motivos de salud.

Este sector se mostró vehemente tras el triunfo de Aníbal Fernández a quien apoyaron en las Paso, mientras que el resto de la CGT apoyaba a Julián Domínguez, y profundizó las relaciones con el moyanismo.

De todas formas, los argumentos del martes perdieron fuerza ante las ausencias de dos figuras de peso, el taxista Omar Viviani, que conduce a otros gremios de menor peso específico en el Movimiento de Acción Sindical: Masa, y Ricardo Pignanelli, Secretario General de Smata. Viviani además, se pronunció en contra de una pronta unificación sindical.

Pignanelli, tiene diferencias con el estilo de conducción de Caló y, al igual que otros dirigentes, le recrimina al líder de la UOM no consensuar la agenda de temas a llevarle a Scioli para la campaña electoral.

El desafío con el que se enfrenta Antonio Caló será mantener a raya a los que propugnan la unificación antes de las elecciones, contener los deseos escisionistas para evitar una eventual ruptura de los “independientes”, y no dinamitar los puentes construidos para acercarse al moyanismo de cara a la ansiada unificación luego de las elecciones.