Por Marcelo Cena

El secretario general de la Asociación Sindical Única de Recicladores Argentinos (Asura), Fabián Framarín, aseguró que esa flamante organización gremial busca que «se reconozca al trabajador del reciclado con todos sus derechos sociales».

El dirigente reclamó que gobiernos y empresarios «articulen políticas para la normalización definitiva de esta actividad».

«Tenemos muchas necesidades, las mismas que en Buenos Aires y más grandes en el interior del país. Queremos que el trabajador del reciclado salga de la ilegalidad y se reconozcan sus derechos», señaló Framarín, en un reportaje concedido a Télam.

– Télam: ¿Cómo nace la idea de crear este sindicato?

–  Framarín: En marzo pasado nos otorgaron personería gremial. Arrancamos pensando en esta organización en 2019, presentando todos los documentos como corresponde en tiempo y en forma el Ministerio de Trabajo. Nuestros objetivos son claros. Queremos que el trabajador del reciclado sea visibilizado y reconocido con todos sus derechos sociales.

– T: ¿Son trabajadores de la basura? ¿Es correcta esa denominación?

– F: No, no somos trabajadores de la basura. Ese es otro sector laboral y sindical. Nosotros apuntamos a seguir organizando todo lo que hace al trabajador y la trabajadora del reciclado, que están instalados en distintas plantas de todo el país. Somos recicladores, trabajamos con materiales que se pueden volver a utilizar. Consideramos que hacemos algo de utilidad para la sociedad y cumplimos una función importante para el cuidado del medio ambiente. El planeta no soporta que se siga enterrando la basura. Mucha de lo que se deshecha se puede recuperar, como es el plástico, el vidrio, metales, el cartón, el caucho… Para eso estamos nosotros, los recicladores.

– T: ¿Hay suficiente conciencia social en Argentina sobre la separación de residuos y el reciclado?

– F: La verdad es que falta conciencia sobre estos temas en la gente. Para muchos sectores, incluso en los barrios, el trabajo del reciclador es nuevo. Hay que hacer campañas de concientización. Por un lado se sigue enterrando la materia prima en los basurales del país, en vez de utilizarse para fabricar ladrillos, para generar energía, gas y luz. Y por otro, hay residuos que estamos exportando a China. Pero bueno, es un largo proceso que no se hará de un día para el otro. Con Asura queremos formar parte de todo este proceso de toma de conciencia sobre la importancia que tiene el reciclado.

– T: Y para que se produzca este proceso de toma de conciencia social es necesario que se reconozca el trabajo del reciclador.

– F: Hoy, el reciclador urbano no es reconocido ni como persona. Lo vemos empujando ese carrito y lo primero que dicen, ‘metámonos adentro porque nos roban’…. Hay que cambiar esa idea, esa imagen, hay que ayudar a ese laburante. Desde Asura estamos trabajando fuerte. Estamos presentes con asistencia alimentaria y estamos luchando para tener una obra social. Tenemos muchos proyectos.

–T: ¿Cómo se inserta el gremio en la realidad actual del sindicalismo argentino?

– F: Nosotros estamos en la CGT y en las 62 Organizaciones Peronistas. Pensamos en lanzar próximamente una campaña afiliación en todo el país.

– T: ¿En concreto, cuáles son los derechos que reclaman para el reciclador?

– F: Que los trabajadores de las plantas de reciclado del país tengan derecho a vestimenta y calzado de trabajo, a un recibo de salario, a la seguridad en el trabajo y a una obra social. También nos parece importante poder garantizar el turismo.

– T: Cómo es la situación del trabajador reciclador del interior del país?.

– F: Es una situación difícil. Tenemos representación en 20 provincias y seguimos trabajando por lo que falta. Pero las necesidades son las mismas o más graves de las que se dan en las ciudades más importantes del país. La situación de los trabajadores de Misiones, Córdoba, Chaco o Formosa es más grave la situación de los recicladores de CABA y el Conurbano. La paga no es la misma. Lo vamos a ir resolviendo día a día, para llevar la dignidad que se merecen los trabajadores recicladores.