La situación económica de aquellas actividades que aún no han sido exceptuadas del cumplimiento de la cuarentena obligatoria es apremiante. Este es el caso de los moteles, que exigen que se les permita funcionar para poder generar ingresos que les permitan sostener la actividad. «Si no hay apertura vamos a desaparecer. Nos fundimos y cerramos», advirtieron desde el sector, que emplea a unas 250 personas en el Gran Rosario.

El 20 de marzo, cuando se conoció el Decreto presidencial que ordenó el aislamiento social preventivo y obligatorio, los moteles cerraron sus puertas y no las volvieron a abrir. Igualmente continuaron pagando salarios, impuestos y servicios, pero al no tener ingresos los recursos se fueron agotando con el correr de los días.

«Son todas pymes, negocios familiares que no superan los diez empleados cada uno y viven de la diaria. Ya se hace insostenible mantener esa postura en el tiempo, porque uno puede tener una espalda, pero se termina y lamentablemente va a quedar gente desempleada. Uno no quiere que pase eso porque es como una familia, pero la realidad es que si no tenés el dinero no podés pagar», explicó Fernando Solari, integrante de la Cámara de Alojamientos y Afines del Litoral, en dialogo con Conclusión.

Según apuntó el representante del sector, la reapertura de los moteles es viable durante la cuarentena, porque las características propias de la actividad «son antipandemia». «No tenés ni siquiera un acercamiento con el cliente. El mismo llega al establecimiento en su medio de movilidad, agarra un teléfono, se le levanta un portón, se mete a una habitación, sale de ella y se va. No hay contacto ni riesgo para empleados ni para clientes. Además, los protocolos de limpieza siempre estuvieron en nuestros negocios ya que es fundamental en este tipo de servicios», detalló.

Alrededor de treinta moteles del Gran Rosario están afectados por el parate de la actividad, lo que involucra a unos 250 empleados, que se amplía a más de 750 si se tiene en cuenta el resto de los negocios que abarca la Cámara por fuera del territorio local.

«No tenemos más dinero para sostener los sueldos y los costos. Si no hay apertura vamos a desaparecer, los moteles se funden y cierran», alertó Solari. 

Al momento de referirse a las medidas que ha implementado el Ejecutivo nacional para paliar el impacto del parate económico, el integrante de la Cámara de Alojamientos y Afines del Litoral señaló a Conclusión que «la ayuda del Gobierno no llega. No está reglamentada. Una cosa es lo que anuncian y otra la realidad cuando vas a la AFIP a meterte con los contadores y te dicen ‘no, mirá, todavía no está aprobado y no se sabe cuánto se va a reconocer del sueldo ni nada'».

Sin embargo, manifestó que las políticas actuales son insuficientes para enfrentar la coyuntura del sector. «Igualmente, la ayuda que van a dar no va a permitir que esto se sostenga en el tiempo. Te puede estirar la agonía, pero no igual no llegás a solucionar nada. En el día a día la gente tiene que comer y los empleados te exigen», aseveró.

Por otra parte, Solari resaltó la importancia del servicio que brindan a la población: «Nosotros lo que ofrecemos es que las parejas, en vez de estar en sus casas con sus familias, tengan un lugar de intimidad para estar tranquilos».

«Al sexo no lo vamos a poder parar y no van a hacer todos sexo virtual. Es una necesidad básica del ser humano. Seamos sinceros y abramos estos lugares», cerró.