Las centrales de trabajadores opositoras que comandan Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, reunidas en el Comité Central Confederal, dispusieron darse más tiempo antes de llamar a un nuevo paro nacional contra el gobierno; así, actuaron en línea con lo que decidieron ayer en UTA los gremios del transporte.

Ayer, los representantes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte decidieron facultar a la comisión directiva de esa organización a tomar las decisiones que crean oportunas si el gobierno no se aviene al dialogo para tratar el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias.

Hoy, parece que tanto Moyano como Barrionuevo archivaron la medida de fuerza de 36 horas con la que habían amenazado después del paro del 31 de marzo, ya que no resultó ser un tema de agenda en el salón Felipe Vallese de la CGT.

«Pedimos mandato para convocar a un paro en un mejor momento para accionar, que será cuando estemos unidas todas las organizaciones sindicales», fueron las palabras de cierre del plenario del titular de gastronómicos, Luis Barrionuevo. Si algo quedó claro en el plenario que realizaron los dirigentes sindicales, fue que por primera vez se formuló un llamado a los trabajadores a no votar por la fórmula del Frente para la Victoria.

El plenario centró sus críticas sobre el arco político del oficialismo, con especial fruición sobre la presidenta, algunos de sus funcionarios y los candidatos presidenciales del Frente para la Victoria.

Florencio Randazzo fue uno de los más atacados por sus declaraciones sobre la continuidad del impuesto a las Ganancias en un hipotético gobierno suyo. «¿Cómo se puede ser tan servil?», interrogó Moyano a una auditorio compuesto por numerosas delegaciones regionales.

Durante su discurso ante el Confederal, Moyano llamó a «no votar a los candidatos del oficialismo» a la vez que cargó, aunque sin nombrarlo, contra el gobernador bonaerense y postulante presidencial Daniel Scioli, al asegurar que él «nunca fue un laburante».

«Como es posible que este señor de la provincia hasta ahora no haya hablado nada sobre ganancias. Claro, lo que pasa es que nunca fue un laburante», arremetió el dirigente de los camioneros en referencia al reclamo por el impuesto a las Ganancias que llevan adelante las principales centrales obreras opositoras.

En esta línea y acompañado también por el secretario general de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, el camionero aseguró: «A la hora de poner los votos, que es nuestra arma letal, hay que cuidar de no votar a los candidatos del oficialismo».

El Confederal, al que en la jerga sindical se conoce como el «parlamento de los trabajadores», giró sobre un eje único, ya preanunciado, como la unidad del sindicalismo peronista que que confluiría en la refundación de una CGT única.

Hugo Moyano fue quien tuvo a su cargo promover el llamado a la unificación sindical. El camionero consideró que se estaban dando los pasos iniciales de la unidad del peronismo y aún fue más allá, ya que arriesgó hablar de la unidad de todos los argentinos.

«Habrá que luchar también para que no hagan fraude como en Salta», denunció el jefe de la CGT Azopardo, haciendose eco de las declaraciones formuladas por el ex gobernador Juan Carlos Romero, quien dijo en estos días que las recientes elecciones en esa provincia estuvieron amañadas. .

A su turno, el Momo Venegas incitó a votar «por la decencia». El titular de la CGT Azopardo anunció que tiene lista una demanda contra Cristina por la sangría «que sufren en su recaudación las obras sociales sindicales». Y solicitó que se le sumen a este reclamo otras organizaciones sindicales para darle más fuerza en la Justicia.

Sobre este tema, cabe recordar que hace días se realizó el «Congreso de Salud de los Trabajadores» en Parque Norte con la intención de poner en escena el tema de las obras sociales sindicales, que atraviesan dificultades puesto que el financiamiento se ve acotado porque el gobierno retiene la mayor parte de los aportes de los trabajadores a ese sistema.

Según admitió la propia Superintendencia de Salud, el Estado tiene una deuda con las obras sociales que arañan los 31 mil millones de pesos, fruto de un sistema de redistribución automática de los fondos con varios agujeros. Al que el camionero lo sindicó como un«robo».

Los delegados del interior acompañaron la idea de unanimidad sobre la necesidad de cerrar filas. Para darle fuerza a las posiciones que se reflejaron, se apeló a recurrentes citas del ex presidente Perón.

Como sustento a lo propuesto, se recurrió al resultado del último paro, que fue tomado como ejemplo de eficacia y de coordinación entre distintas expresiones sindicales.

Por su parte, el representante del gremio del calzado Agustín Amicone, reclamó que el sindicalismo marque con claridad que tiene una agenda de reclamos que exceden la política impositiva.

En ese sentido, se habló de la precariedad de los jubilados, el trabajo en negro, la pobreza, el narcotráfico y la inseguridad.

«La inflación es la madre de todos los problemas», observó el secretario de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte y titular nacional de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, además de mostrarse convencido de que el gobierno que venga en diciembre deberá hacer un necesario «ajuste» para sanear una economía «desquiciada».

No pasó inadvertida para el Confederal la decisión tomada por el metalúrgico Caló en Mar del Plata de ir a un paro de 36 horas como señal de «protesta a la intransigencia oficial a actualizar el mínimo no imponible de Ganancias», dijeron los asistentes. Algo que no se vislumbra en las declaraciones vertidas esta tarde por el referente de la CGT oficialista a distintos medios.

La UOM lanzó la medida de fuerza luego de que fracasaron las negociaciones paritarias con los empresarios de su sector. Caló dijo que “el consejo directivo ya facultó el paro de 36 horas” en fecha a determinar y refirió que los empresarios del sector “no quieren acordar el salario mínimo que pedimos, que es de 8.500 pesos”.

“Lo tenemos que definir, pero seguro va a ser la semana que viene”, dijo el titular de la UOM, y aclaró que “este es un paro netamente gremial, por la defensa del salario”.

Además, Caló confirmó las tratativas para unificar la CGT antes de diciembre próximo, cuando se producirá el cambio de Gobierno.

Por su lado, el secretario general de la UTA, Roberto Fernández, adelantó hoy que «pediría un 40%» en la mesa de negociación de las paritarias, siendo que «el 10% se lo lleva el impuesto» a las ganancias.

Consultado sobre cuál sería un salario digno para un chofer de colectivo en ese marco, precisó que se estaría hablando de «un mínimo de $18.000 a $20.000 pesos, sin impuesto a las Ganancias». «Ese sería un salario de bolsillo con el que podría sacar un crédito», consideró en declaraciones a radio La Red.