Este miércoles los trabajadores de la maderera MAM decidieron cortar desde las 8 de hoy el puente carretero que une Neuquén con Cipolletti. El reclamo se había centrado en un pedido de los empleados de la firma que solicitaron «una negociación de las tres partes, los trabajadores, el gobierno y la empresa», expresaron.

A pesar de la promesa de levantar la medida dentro de las 24 horas de comenzar la iniciativa, este jueves todo seguía igual. La negativa al diálogo molestó a los despedidos y se mantuvieron en su postura.

La empresa que opera desde 1983 en el parque industrial cerró sus puertas. Despidió a 43 empleados y a otros 50 los suspendió por un mes.

A través de un comunicado, solicitaron además que «la patronal cumpla con la reincorporación de los trabajadores restantes y pague las indemnizaciones adeudadas, cuestión a la que está obligada por ley».

Sobre el conflicto, los trabajadores manifestaron que «ya lleva un año» y piden que «una solución», expresó Franco Vergara, delegado de los trabajadores.

A un año de iniciado el conflicto laboral en la maderera MAM no hay una solución a la vista. La empresa ofreció retomar a un trabajador más en la planta, mientras que son 22 los despedidos que reclaman la reincorporación en un acampe frente a la sede de la maderera.

A comienzos de julio la fábrica operaba con 46 trabajadores. El titular, Adrián Bergese, propietario de MAM, informó la postura empresarial de la empresa dijo que acordó la indemnización de 24 despedidos. Además, alegó que otros 17 empleados fueron echados “con causa”.

Ante los reclamos, el dueño de MAM, rechazó la posibilidad de incorporar a siete operarios de la lista de acampantes, como se contempló en un acuerdo alcanzado en diciembre del año pasado. Dijo que esa opción era viable sólo si levantaba el acampe.

Los trabajadores ingresaron a la planta y aún permanecen a la espera de una resolución por parte de la Subsecretaría de Trabajo de la provincia. Se resisten a los despidos pese a que los dueños ya manifestaron el mal clima económico a través de un preventivo de crisis.

En el barrio Nueva España de Neuquen viven unas 400 familias y la pérdida de 20 puestos de trabajo impacta en forma desfavorable.