Los obreros de la imprenta Madygraf -ex Donnelley- reclamaron recientemente la expropiación de la planta de producción y posterior estatización, tras un año de gestión bajo la modalidad de cooperativa.

Sucede que el miércoles se cumplió exactamente un año desde que los trabajadores de la Gráfica RR.Donnelley, ubicada en la localidad bonaerense de Garín a la altura del kilómetro 36,7 de la autopista Panamericana, ocuparon la planta en defensa de las fuentes de trabajo.

Un día antes de esa decisión, la patronal de origen estadounidense -que tendría inversiones del fondo buitre NML Capital de Paul Singer- había obtenido la quiebra judicial y cerrado la planta generando la cesantía de unos 400 operarios.

La presidenta Cristina Kirchner denunció que la Justicia le otorgó una “quiebra express en un día” a los empresarios estadounidenses y prometió que se aplicaría la Ley Antiterrorista, pero ahora los operarios dicen que nada de eso ocurrió.

Había sido la propia jefa de Estado quien señaló que, según una investigación de la AFIP, el 70 por ciento de la imprenta estaba en manos de Blackrock, un fondo de inversión vinculado con Singer, quien le ganó un multimillonario juicio a la Argentina por bonos en default que compró “basura” en 2008.

En aquel entonces los dueños de la imprenta Donnelley atribuyeron a las políticas económicas del gobierno y a los sindicatos por su quiebra, a la vez que se desligaron de cualquier vínculo con los fondos buitres que litigan contra el país en Nueva York.

donelley-rotativa-editada«Thomas J. Quinlan, Presidente y CEO de RR Donnelley & Sons Company declaró que, luego de mucha discusión, análisis y evaluación de diferentes alternativas para mantener la operación de RR Donnelley Argentina (RRDA), que tomó la difícil decisión de presentar su pedido de quiebra luego de 22 años de presencia en la Argentina», indicó un comunicado en Chigaco.

Donnelley había expresado que «obtuvo un Programa de Recuperación Productiva (REPRO) en septiembre de 2013, pero la Comisión Interna se negó a firmarlo, evitando que RRDA pudiera tomar decisiones que permitieran torcer el rumbo de la situación de la empresa y empeorando aún más la situación económica y financiera de la empresa».

Ahora los empleados piden que se expropie la fábrica y se les otorgue para su utilización, lo que generaría garantías laborales.

Desde que en agosto la empresa Donnelley cerró sus puertas, los trabajadores resistieron y reactivaron la producción, para conservar sus puestos de trabajo.

El 17 de agosto de 2014 se supo que el diputado nacional por el Frente de Izquierda Nicolás del Caño presentó un proyecto de ley para declarar «de utilidad pública, y sujeta a expropiación», a la imprenta Donnelley para que, luego de la quiebra, se cree una «una nueva empresa estatal» bajo la gestión «de sus propios trabajadores», según se informó.

La resistencia dio sus frutos y, finalmente, el jueves 6 de noviembre del año pasado la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires le dio media sanción a un proyecto presentado por el legislador, que tenía como objetivo la expropiación de la empresa para ceder la administración a sus trabajadores.

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La iniciativa pretendió la continuidad productiva de las instalaciones y el pago de todas las obligaciones salariales, sociales y previsionales de los trabajadores, conservando antigüedad y todos los derechos laborales adquiridos.

Así, obreros y obreras de MadyGraf, la cooperativa creada por sus trabajadores, estuvieron al frente de la ex-Donnelley.

«Estamos demostrando que podemos llevar adelante la difícil tarea de gestionar una de las gráficas más grandes del país y pedimos por su estatización para ponerla al servicio de la sociedad», aseguraron los trabajadores, y detallaron que «en muchas oportunidades realizamos trabajos para los Ministerios de Educación, Salud y Trabajo, entre otros, imprimiendo manuales, catálogos y materiales institucionales».

En esa línea, decidieron imprimir diez mil cuadernos, «aportando materiales y esfuerzo para repartirlos en las escuelas más necesitadas».