Luis Angel Firpo escribió hace 92 años una página de gloria para el boxeo argentino cuando en un memorable choque denominado «La Pelea del Siglo», en Nueva York, se enfrentó con el campeón mundial pesado local Jack Dempsey, en un combate que marcó un hito en la historia del pugilismo argentino, por lo cual el 14 de septiembre fue instituido como el «Día del Boxeador», en reconocimiento a la epopeya concretada por el ‘Toro Salvaje de las Pampas’.

Firpo fue derrotado por nocaut en dos rounds, aunque el combate estuvo teñido de irregularidad ya que el campeón del mundo fue ayudado para reintegrarse al ring, del que cayó en el primer asalto y se estima que estuvo fuera del encordado durante unos 17 segundos.

Sin embargo, lo ocurrido aquel 14 de septiembre de 1923, en el Polo Grounds de Nueva York, quedó grabado no sólo en la memoria de los casi 90.000 asistentes sino en muchos aficionados que más tarde pudieron apreciar a través de registros fílmicos cómo el argentino con un directo sacaba por la cuerdas a Dempsey.

Una furibunda derecha, lanzada tras una seguidilla de golpes algo desordenados, impactó en el rostro de Dempsey, quien salió despedido entre las cuerdas cuando se desarrollaba el primer asalto.

En ese sector, a la vera del ring, estaba el cronista Jack Lawrence y el operador de Western Union, Perry Grogan, quienes ayudaron a reingresar al cuadrilátero al llamado «asesino de Manassa» ante la permisividad del árbitro local Johnny Gallagher, quien no realizó la cuenta en forma reglamentaria e hizo seguir el pleito.

Por esa actuación, el referí fue suspendido por cinco semanas por la Comisión Municipal de Nueva York.

Firpo, conocido como «El Toro Salvaje de las Pampas», pesó para esa pelea 87,300 kilos, mientras que el campeón registró 98,200, más de once kilogramos de diferencia.
El argentino cayó en nueve oportunidades en la pelea (siete en el primer capítulo y dos en el segundo y último).

En Buenos Aires, miles de aficionados se agolparon frente a los periódicos para escuchar por los altoparlantes el combate transmitido desde el mismo Polo Grounds.

La histórica y memorable actuación de Firpo hizo que las autoridades porteñas legalizaran el boxeo profesional que hasta entonces estaba prohibido en la ciudad y que sólo se practicaba en forma clandestina.

El memorable escritor argentino, Julio Cortázar, un declarado fanático del boxeo escribió en «Circe»: «Vino la pelea Firpo-Dempsey y en cada casa se lloró y hubo indignaciones brutales, seguidas de una humillada melancolía casi colonial».

El boxeo argentino tuvo décadas de gloria en el amateurismo (de los años ’20 a los ’50), cosechando siete medallas doradas, otras tantas de plata y 10 de bronce en la historia de los Juegos Olímpicos.
Video de la pelea en que el Argentino saca del ring al campeón de peso pesado: