La primera normativa laboral que se registra en Argentina, sancionada el 31 de agosto de 1905 y de autoría de Joquín V. González, es la Ley 4.661, llamada también Ley de Descanso Dominical. Fue considerada como la «primera ley obrera» y el puntapié inicial que abrió el camino a otras leyes laborales.

Con 115 años de vida, la Ley de Descanso Dominical sigue siendo en 2020 motivo de debates y reclamos. Impulsada legislativamente por el diputado socialista Alfredo Palacios, fue la primera ley referida específicamente al trabajo humano. Por aquellos días, la jornada laboral se extendía a 14 horas diarias incluido el domingo, sin feriados, licencias ni vacaciones. Mujeres y niños mayores de seis años también trabajaban en esas condiciones, pero el salario que percibían era menor.

La sanción de la norma fue publicada en el Boletín Oficial el 9 de setiembre del mismo año y entró en vigencia el 16 de ese mismo mes.

En principio, regía para la ciudad de Buenos Aires, pero poco a poco, se fue extendiendo al resto del territorio nacional mediante la promulgación de las correspondientes leyes provinciales, que declaraban obligatorio su cumplimiento o reproducían su texto, casi sin modificaciones.

Un debate del presente

Aunque parezca una paradoja, hablar en 2020 de descanso dominical implica dar una discusión profunda sobre un derecho vigente pero que fue conculcado de hecho a partir de la desregulación económica impulsada en el año 1991 por el entonces presidente Carlos Menem y su ministro de Economía, Domingo Cavallo.

El decreto Nº 2284/91, presentado el 31 de octubre de 1991 por cadena nacional por el propio presidente Menem y una buena parte de su gabinete, abrió las puertas al neoliberalismo en Argentina. En el mismo se dictaron disposiciones sobre desregulación del comercio interior, de bienes y servicios y del comercio exterior; entes reguladores; reforma fiscal; mercado de capitales; sistema único de seguridad social; negociación colectiva y otras disposiciones generales.

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Entre las cosas que impulsó ese decreto fue la desaparición de las juntas nacionales de carnes y granos, que regulaban los precios del mercado interno y se determinó que no habría más cupos de producción en las economías regionales ni precios de referencia.

También se autorizaron negociaciones salariales por empresa, los supermercados fueron autorizados a vender medicamentos y se terminó con las restricciones horarias en los comercios.

La vigencia de ese decreto, que nunca ha sido derogado, es lo que mantiene la vigencia del debate por el derecho al descanso dominical. Ese es el debate que cobró un gran protagonismo en los últimos años en la provincia de Santa Fe, a partir de la iniciativa y ardua batalla del gremio mercantil de Rosario que, junto a otras organizaciones políticas y sociales, impulsó le Ley 13.441, que contemplaba el cierre de las grandes cadenas comerciales y de supermercados los días domingo y los feriados patrios (detallados taxativamente en la norma).

A pesar de haberse aprobado, la ley fue combatida por esas grandes cadenas y recurrida repetidamente en distintas instancias judiciales. A día de hoy, la norma continúa siendo motivo de controversia y debate y continúa a la espera de una definición en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Así, 115 años después de uno de los hitos que cambiaron la historia de la legislación laboral Argentina, la pelea por ese derecho aún no ha terminado y está más vigente que nunca.