El accidente de la central atómica ucraniana de Chernobyl, ocurrido hace 35 años, el 26 de abril de 1986, fue decisivo en el colapso posterior de la ex-Unión Soviética, así como en la discusión que existe actualmente sobre la conveniencia o no de utilizar el plutonio como fuente de energía nuclear.

El mayor accidente nuclear de la historia, acontecido durante una prueba de seguridad fallida, liberó grandes cantidades de radiación que provocaron luego la muerte de entre 4.000 y 9.000 personas, a causa de cáncer u otras enfermedades, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2016.

Se estima que un total de 31 trabajadores y bomberos murieron cuando sucedió el desastre nuclear. Pero la cifra total de muertos por los efectos de la radiación continúa siendo un tema de intenso debate.

Según la ONU, el desastre fue similar a que se hubieran lanzado 500 bombas atómicas como la arrojada por Estados Unidos sobre Hiroshima, Japón, el 6 de agosto de 1945, poco antes de que finalizara la Segunda Guerra Mundial.

El accidente se inició en el reactor número 4 de Chernobyl, vecino a la ciudad de Pripiat, 110 kilómetros al norte de Kiev, capital de Ucrania, donde vivían 50.000 habitantes, la mayoría de los cuales trabajaba en la planta nuclear.

Aparentemente, el desencadenante de la tragedia fue una prueba programada para el 25 de abril bajo la dirección de las oficinas centrales de Moscú.

Sin embargo, tras conocerse la noticia, el Partido Comunista de la ex-Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) trató de minimizar la información y dar su propia versión de los hechos.

Eran las cinco de la mañana cuando Mijail Gorbachov, el último líder de la URSS, recibió una llamada telefónica, en la que se lo notificaba que había habido una explosión en la planta nuclear de Chernobyl.

El líder reformista no solo responsabilizó por el accidente a la estructura burocrática del Partido Comunista soviético, sino que permitió que se hicieran reformas en la economía, en la orientación ideológica de la URSS y de medio ambiente.

La noticia del accidente fue corroborada por Suecia, y después por un grupo de científicos británicos que trabajaban en una planta nuclear, ya que se detectaron altos niveles de radiación, según informes de la BBC.

Un mes antes del accidente, la revista semanal Literatura Ucraniana había publicado un artículo referido a los desperfectos de la planta y a la falta de respeto por los normas técnicas durante su construcción, de acuerdo a una publicación de la Organización de la ONU para la educación, la ciencia y la cultura (Unesco).

El de Chernobyl no fue el único accidente ocurrido en una central nuclear en las últimas décadas. El 11 de marzo de 2011, a las 14:46, un terremoto de magnitud 9 en la escala sismológica de Richter provocó un tsunami en la costa noreste de Japón que inundó la central de Fukushima I, en la costa de ese territorio insular, provocando el mayor accidente nuclear después de Chernobyl.

El desastre paralizó la actividad de centrales nucleares japonesas, entre ellas Fukushima, donde causó por lo menos un muerto en el momento de la tragedia, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Japón abandonó luego la producción nuclear, lo que aumentó el precio de la electricidad en el país.

Esta situación, según el Instituto de Labor Económica (IZA, por sus siglas en inglés) podría haber provocado la muerte de 1.280 personas a causa del frío entre 2011 y 2014, informó el diario catalán La Vanguardia.

Tanto Chernobyl como Fukushima son las únicas clasificadas con el nivel siete de este tipo de desastres, el máximo que otorga la Escala Internacional de Accidentes Nucleares.

La central ucraniana siguió funcionando luego con tres reactores, manejada por sus trabajadores, hasta que en el año 2000 se decretó su cierre definitivo.