El administrador designado por el Kremlin en esa región, Vladimir Rogov, dijo que el secretario general de la organización global “entiende perfectamente que la retirada” de sus equipos “deja indefenso un lugar que será dañado inmediatamente por los ataques ucranianos”.
La retirada fue dada a conocer por la agencia de Estado ucraniana para la gestión de la zona de la central. El mismo organismo aseguró que "al dejar la central, los rusos saquearon los locales, robaron equipos y objetos preciosos".
Aunque es severo, el informe no señala a ningún culpable sino que apunta "a una gran cantidad de fracasos, lagunas y retrasos en la preparación y la respuesta" a la pandemia, subrayó Sirleaf al presentar el informe en conferencia de prensa.
El accidente de la central atómica ucraniana, ocurrido el 26 de abril de 1986, fue decisivo en el colapso posterior de la ex-Unión Soviética, así como en la discusión que existe actualmente sobre la conveniencia o no de utilizar el plutonio como fuente de energía nuclear.
La fauna está aumentando en la zona del accidente y las grandes poblaciones no se están viendo afectadas por la radiación. Los científicos aún no encuentran explicaciones al respecto.
Dentro de las ternas en las que "Chernobyl" se encuentra nominada, figuran la de mejor serie limitada, mejores actriz y actor reparto y mejor guión.
El riesgo de las centrales nucleares se debe a la presencia y posible escape al exterior de las radiaciones y de los productos radiactivos producidos en el núcleo del reactor. Preocupación por parte de Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (FUNAM).
Un grupo de personas, la mayoría ancianos, decidieron volver a habitar el lugar que supo cobijarlos tiempo atrás. La dignidad de aquellos que eligieron ser dueños de su propia miseria.
A tres décadas del suceso, se estima que las víctimas letales rondan las 500.ooo personas, debido a la radiación que perdura en el lugar. Entre las víctimas se encuentran los rescatistas, que dieron su vida por salvar a la humanidad de un desastre aún mayor.
Convertidos en cronistas involuntarios de la explosión de la central nuclear en Ucrania, que hace treinta años liberó una cantidad de radiación equivalente a 400 bombas de Hiroshima, muchos migraron a la Argentina alentados por el aire puro y la promesa de una visa sin restricciones del gobierno que encabezaba Carlos Menem.