El 16 de abril se conmemora el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil, en homenaje a Iqbal Masih, un niño de Pakistán sometido a la esclavitud, que fue asesinado en 1995.

Masih intentó promover la defensa de los niños explotados en el trabajo y con sólo 12 años de edad, se había transformado en la voz que denunciaba las mafias textiles de Paquistán.

Él mismo había sido cedido cuando tenía cinco años de edad a un fabricante de alfombras y trabajaba junto a otros niños en una fábrica, explotado y privo de libertad, castigado por cada pequeño error y por cada intento de rebelión.

Los derechos del niño, que comprenden una vida saludable, educación de calidad y estar protegidos contra todo tipo de abuso y violencia, se ven vulnerados en todo el mundo.

Se estima que al menos 168 millones de menores padecen del trabajo esclavo y 85 millones de ellos lo hacen en condiciones peligrosas.

Esta situación se expande a nivel global, y se debe a la complicidad o pasividad de los gobiernos, a conflictos armados u olas migratorias que ponen a los niños en condición de vulnerabilidad.

Los países en los que predomina este flagelo son Eritrea, Somalia, República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán, Afganistán, Pakistán y Zimbaue.

En la República del Congo, la violencia es el constante telón de fondo de la vida de sus habitantes, lo que lleva a que los niños se vean particularmente afectados por el desplazamiento, el reclutamiento por parte de grupos armados y la crisis alimentaria.

Además, el alto costo de la educación hace que los padres decidan forzar a los menores a pasar el día en depósitos minerales, buscando grava o cobre con el fin de generar ingresos.

En Somalia, uno de los países más pobres del mundo que además vive un conflicto armado, uno de cada dos niños se ve obligado a trabajar para satisfacer sus necesidades y las de su familia.

Otro de los países con altos niveles de esclavitud infaltil es Afganistán, donde por razones culturales la mujer no labra fuera de su casa y los niños son obligados a trabajar como vendedores ambulantes, portadores de agua, recolectores de cartón o limpia botas, entre otras tareas.