La adolescencia representa la transición de la niñez a la edad adulta, es decir, es un periodo de desarrollo donde la persona adquiere las capacidades físicas y psíquicas que la identificarán como desarrollada, especialmente las sexuales, que le permitirán reproducirse. Al ser una etapa de profundos cambios, está marcada por la inestabilidad y, en la mayoría de las ocasiones, el desconcierto y la confusión de los propios jóvenes ante sus cambios.

Durante esta fase de desarrollo, los jóvenes se muestran mucho más vulnerables ante algunos riesgos saludables, como el consumo de alcohol y drogas.

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En diálogo con Conclusión, la pediatra Ana María Cucurullo -Mat. Nº 8589- y también miembro de la Sociedad de Pediatría de Rosario del área de Prevención de Adicciones abordó la problemática y brindó consejos para prevenir el consumo entre los jóvenes.

-¿Cuáles son los motivos por los que los jóvenes deciden beber alcohol?

-Muchas veces parte de las causas es el consumo entre pares, lo hacen para encajar en el grupo. A esto se le une la presión de las publicidades las cuales están dirigidas a los adultos jóvenes y muestran escenas felices junto al consumo de alcohol. En esas publicidades casi siempre se muestran chicas felices bebiendo y son las mujeres las que más sufren los daños del alcohol, dado que tienen una menor capacidad de metabolizar. Muchos de los consumos son en la etapa reproductiva de las mujeres. El alcohol predispone a la violencia y hace a la gente vulnerable a la misma, creando víctimas y victimarios que no son conscientes de sus acciones.

-¿Qué consecuencias trae el consumo de alcohol desde edades tempranas?

-El consenso es que no haya consumo de alcohol por debajo de los 18 años, dado que el organismo no es lo suficientemente capaz de metabolizar el alcohol, el cual no se elimina por la orina como muchos creen, sino por el hígado. El hígado metaboliza el alcohol a una velocidad constante, una copa de vino por hora por ejemplo, así que si consumo mucho alcohol en poco tiempo se genera una intoxicación rápida. Un hombre adulto de más o menos 70 kilos puede eliminar una sola ración de alcohol en una hora y media. El adolescente, en cambio, tiene menor capacidad metabólica y menor capacidad para darse cuenta de que se está excediendo, porque resiste a los efectos sedantes del alcohol. Sienten menos sueños y menos relajación muscular y por eso creen que lo toleran, lo que hace que puedan pasar de estar aparentemente bien a desmayarse en un corto periodo de tiempo. Otro problema es la gran susceptibilidad del sistema nervioso, el cerebro termina de desarrollar conexiones cerca de los 20-25 años. En la adolescencia se están estableciendo conexiones nuevas para adaptarse al nuevo ambiente en el que le toca vivir, si estas conexiones están dañadas por un producto tóxico no se desarrollan de manera normal. Se vio que en chicos que han consumido de forma excesiva y reiterada alcohol en los fines de semana se ha encontrado deterioro en la zona del hipocampo, el área del sistema nervioso que tiene relación con la memoria y por ende el aprendizaje. Para llegar a ese tipo de deterioro, orgánico y comprobable, se tuvo que generar mucho daño a lo largo de los años.

-¿Cuáles son los daños que genera el consumo de alcohol a corto y largo plazo?

-Uno ya sabe que el alcohol, también llamado etanol, es muy tóxico, y por lo tanto causa daño siempre. No hay ningún organismo que escape a la lesión por ingerir alcohol. Lo que se ha tratado de establecer, dado que el consumo de alcohol está generalizado a lo largo del mundo, son niveles de riesgo: bajo riesgo, moderado o alto. El alcohol siempre tiene la posibilidad de producir daño, el único caso en el que existe riesgo cero es cuando no se consume. La OMS asegura que el alcohol está vinculado a más de 200 enfermedades, tanto a corto como a largo plazo, de tipos psicológicas, psiquiátricas o neurológicas y pueden afectar a todo el cuerpo y generar condiciones que aumentan las enfermedades crónicas no transmisibles. Está tanto en el desarrollo como en el agravamiento de enfermedades como la diabetes, enfermedades coronarias y otras. Entonces, el día 15 de noviembre que se estableció para adquirir conciencia de este problema, hay que pensar en qué hacer para disminuir el consumo, sobre todo en las personas jóvenes.

-¿Hay alguna bebida que perjudique más que otra?

-En realidad no, porque depende del contenido de alcohol. Por ejemplo la cerveza tiene menos alcohol que el vino u otras bebidas blancas, pero el etanol es el mismo. El tema es la cantidad que se consume y la velocidad a la que se consume. Otro problema al consumir en edades tempranas, es que existe más riesgo de dependencia al alcohol, 5 o 6 veces más. Los chicos jóvenes actúan bajo el efecto del alcohol de manera distinta a los adultos, dado que no tienen las alertas que los adultos tienen; en muchos casos no recuerdan las advertencias que les enseñaron.

-¿Se ha equiparado el consumo de alcohol entre hombres y mujeres, o un género consume más que otro?

-Generalmente consumen en igual cantidad chicos y chicas. Por eso cualquier persona es vulnerable y en muchos casos nadie se percata de eso. Los padres ignoran o fijen ignorar los efectos del alcohol en sus hijos dado que piensan que no deben regular a sus hijos. Es el deber de los padres cuidar a sus hijos, no como un policía, sino para proteger la salud y la integridad física y psíquica de los jóvenes. El problema del consumo de alcohol es que desinhibe y puede causar acciones peligrosas.

-¿A partir de qué acciones o momentos se puede detectar una dependencia al alcohol?

-La dependencia es un consumo crónico, pero en algunos casos, al pensar que no hay diversión sin alcohol por ejemplo, se puede ver otro tipo de dependencia aunque no sea una enfermedad mental. El consumo de alcohol en la etapa final de la dependencia es grave, no solo ya hay un deterioro corporal, sino que también afecta a la familia y dificulta el volver a la sobriedad. En una época el alcoholismo no se consideraba una enfermedad, pero sí lo es y tiene todas sus características. Hay que prevenir el alcoholismo y no tratar mal a los que lo padecen.

-¿Cómo se puede prevenir el alcoholismo?

-Primero, todos los adultos que tengan vínculos con adolescentes, como padres o docentes, deben desalentar el consumo de alcohol. Deben buscar formas de decir que no. Organizar fiestas o viajes donde no se les exija dinero relacionado al alcohol, que no parezca una obligación. Que no haya barras libres, que aunque no le den al menor, les da la posibilidad de ver como consume el resto. Hay que predicar con el ejemplo, el menor ve a sus referentes consumir alcohol, conducir y evadir controles, actos sumamente peligrosos que ellos ven como algo normal. No hay que dejarlos, hay que cuidarlos.