Una baja presencia de glifosato en agua y sangre fue el resultado de un estudio realizado en la ciudad de Pergamino, bastión clave de la Zona Núcleo de la siembra de soja.

El estudio tuvo como objetivo conocer el impacto de los agroquímicos en el ambiente y en la población y para su realización colaboraron diferentes personas.

La investigadora María Irigoyen, quien formó parte del equipo, manifestó: «Trabajamos con 149 voluntarios, en dos rondas pre y post aplicación de fungicidas y de los 149 voluntarios de la primera ronda, 110 fueron nuevamente analizados en la segunda, es decir un 75 por ciento».

El sondeo se concentró en gente de diferentes edades y de distintos ámbitos y requirió la realizaciónde entrevistas personales, fichas epidemiológicas, muestras de sangre, orina, agua de bebida y en algunos casos comidas.

También contó con la colaboración de las distintas instituciones públicas de la ciudad como Agrolimpio y la
Asamblea por la Salud, la Vida y el Ambiente y los Centros de Atención Primaria de la Salud.

En las conclusiones los especialistas especificaron que los restos de glifosato se corresponden con porcentajes bajos, pero igualmente presentes.

A la vez advirtieron por la exposición a insecticidas a la que está sometida la población a partir del uso de elementos domésticos que pueden ser causantes de afecciones respiratorias.

También señalaron que «la frecuencia de aparición de plaguicidas en sangre fue similar a la señalada por otros estudios realizados en el país».

«No hay diferencias significativas, no podemos decir que en Pergamino la población haya estado más expuesta a este tipo de compuestos», sostuvo el informe.

En tanto «las concentraciones halladas fueron mayores a las indicadas como valores de referencia, pero son niveles extremadamente bajos».

Con referencia a los estudios del ambiente, la facultativa Olga Heredia confirmó que fueron efectuados sobre diversos muestreos de aguas superficiales y subterráneas de las zonas agrícolas.

Al respecto, precisó que los niveles de glifosato y ampa (su principal metabolito) encontrados en la región son bajos en relación a los parámetros internacionales ya que el nivel máximo de contaminantes es de 700 partes por billón.

En cuanto al agua de red, a la que tienen acceso los habitantes, afirmó que «se han encontrado estos compuestos en algunas muestras, pero en niveles bajos».

Sobre estos resultados, aseguró que «se encontraron muestras positivas de estos compuestos pero todos los datos son muy por debajo de los niveles internacionales y nacionales dados para el herbicida», según destacó el sitio pergaminoverdad.com.ar.

En ese sentido, Eduardo Pagano, investigador responsable del proyecto, reflexionó que se debe «obtener una perspectiva que contribuya a la toma de decisiones para proteger la salud y el ambiente, a partir de la aplicación de buenas prácticas agrícolas para lograr que los productos alimentarios no afecten la salud ni la seguridad alimentaria de la población».