El asesinato de un cadete en una hamburguesería de Villa Gobernador Gálvez en la noche del domingo generó conmoción entre los trabajadores que decidieron manifestarse este mediodía en la Plaza de la Madre de la vecina localidad. El pedido de justicia por la muerte del hombre se hizo sentir, como también el reclamo por mayor seguridad. La esposa del cadete, con quien tiene cuatro pequeños hijos pidió ayuda ya que el hombre era el sustento de la familia. “Tenía dos trabajos para poder terminar la casa”, expresó la joven luego de romper en llanto, al pensar que “no se como le voy a decir a mis hijos que su papá no va a volver más”.

El grupo de trabajadores se manifestó en la esquina de avenida San Martín y J. D. Perón para reclamar mayor seguridad. “Tenemos que salir a trabajar a las 12 del mediodía, la mayoría de nosotros terminamos de laburar a las 12 de la noche y esto esta liberado”, señalaron sobre las condiciones que tienen que enfrentar a diario en su jornada laboral.

Luego de la muerte de su compañero, Hugo Villán de 45 años se enteraron que la hamburguesería ubicada en Piazza al 400 ya había sido amenazada. “Este problema es algo ajeno a nosotros”, expresaron y agregaron “no tenemos ningún local, no tenemos plata, no tenemos nada, salimos a laburar y no es justo lo que estamos pasando”.

Los trabajadores piden mayor presencia policial, porque “salimos a trabajar con miedo, en calles totalmente desoladas, desamparados de punta a punta”.

Además, se quejaron porque “no hay un control en Villa Gobernador Gálvez. Están acá en la ruta, en la plaza de la Madre a ver a quien le pueden sacar la moto o el auto, después donde tienen que estar realmente, no están, no sé quién es responsable”.

También se mostraron con gran preocupación porque “lo que le pasó a Hugo le podría haber pasado a cualquiera de nosotros que va a la ventana y pasa hoy, más tarde o en cualquier momento, como cualquiera que está laburando”.

“Dejaron una amargura terrible”, expresaron sobre la muerte del muchacho que “era una excelente persona”.

Sobre el avance de la investigación dijeron que “no sabemos nada”, y aseguraron: “No tenemos nada que ver con todo esto, siempre los trabajadores tenemos que ser víctimas de la inseguridad. Esto pasa y va a seguir pasando”.

Por otra parte, reclamaron la presencia de funcionarios, “porque acá tendrían que estar los políticos y todos los gremios porque todos somos parte de esto”.

Del mismo modo se resignaron, al manifestar que “no nos queda otra que seguir trabajando, pero este muchacho no vuelve más a su casa y deja a una familia desolada y es muy triste para todos porque cualquiera de los que estamos acá le pudo haber pasado”.

En el mismo sentido se expresó la esposa del cadete asesinado, Gabriela, al asegurar entre lágrimas que “a mi marido lo mataron sin tener culpa de nada, a nosotros nos entregaron porque ni siquiera los dueños nos avisaron que tenían amenazas, lo mataron como un perro”.

“Siempre fue un hombre trabajador, nosotros trabajábamos en dos lados para poder terminar nuestra casa y no puedo creer lo que pasó, no tengo palabras”, lamentó la joven.

Recordó que “era una excelente persona, los que lo conocieron saben, no se merecía esto, otra persona más inocente que muere”, lamentó.

Sobre las amenazas que recibió la hamburguesería dijo que “nosotros no sabíamos nada porque sino no estaríamos ahí parados, ahora le toco a él, pero le podía haber tocado a cualquiera. Porque a veces éramos siete u ocho parados en el mismo lugar”.

Visiblemente consternada, Gabriela contó que se encuentra en una situación apremiante ya que su esposo era el sustento de la familia, “tengo cuatro hijos, un nene de 10, una nena de 8, otra de 4 y una de 2, que no sé cómo le voy a explicar que su papa no va a volver más”.