Por Hernán Cabrera

Colonia del Sacramento es uno de los más importantes referentes turísticos del Uruguay, recibiendo miles de visitantes durante el año. Colonia del Sacramento es un remanso donde el visitante se encuentra con la cultura, la historia y la magia de un destino ineludible en el Río de la Plata.El encanto de la ciudad está vinculado a la particularidad de su historia.

Es conocida por su Barrio Histórico con calles de adoquines rodeadas de edificios que datan de la época en que era un asentamiento portugués.

La Calle de los suspiros es una calle de la ciudad uruguaya de Colonia del Sacramento. Está ubicada dentro del casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.​Nace en la Plaza Mayor y sigue en pendiente hasta el Río de la Plata.​​

Es una calle angosta de características portuguesas, ​​ con empedrado de cuña y sin veredas.​​ Los lados están inclinados hacia el centro para formar una canaleta de desagüe.​​Las casas, construidas en la primera mitad del siglo XVIII, ​ tienen paredes de piedra, techos de teja y pisos de cerámica.​

Las puertas y ventanas son pequeñas y de madera.​Aunque sólo se conservan casas con techo a dos aguas, había también de tres y de cuatro.​Al igual que otras calles del casco histórico, como el Paseo de San Miguel o la Calle Real, está señalizada por un azulejo de estilo portugués e iluminada por faroles adosados a la pared.​​ Es, sin embargo, una de las pocas que mantiene su estado original.​Hasta la década de 1940 se llamó Ansina, ​ pero se desconoce el porqué de su nombre actual, sobre el que hay diferentes versiones.​

Faro de Colonia

Su historia se remonta a mediados del siglo XIX, específicamente al año 1857 cuando es encendido por primera vez. Está construido sobre una de las antiguas torres del convento de San Francisco, cuyas ruinas se encuentran al pie del faro.

El faro fue creado con el propósito de alumbrar la ciudad y poder controlar la entrada y salida de los barcos a sus costas, además funcionaba de guía para que los navegantes no perdieran la vida mientras iban cruzando estas traicioneras aguas de río, donde muchos barcos jamás llegaron a su destino y algunos perdieron grandes riquezas y tesoros que trasportaban en sus buques y barcos.