Por Candelaria de la Cruz

La empresa que contrata a los trabajadores médicos y psicólogos de la Unidad de Control Psicofísico (UCP) de la Comisión Nacional Reguladora del Transporte de la Nación (CNRT) informó que dejará de funcionar a partir del mes de marzo y con ello, el dispositivo de control. Sus trabajadores afirmaron que rige la incertidumbre y advirtieron sobre los riesgos de su desaparición.

A mediados del año pasado, se dio a conocer la noticia de que el Gobierno nacional había retocado el presupuesto de la CNRT desactivando la Unidad de Control Psicofísico (UCP) cuya función era la de examinar el estado (físico y psíquico) de los choferes de micros de larga distancia. Aunque luego de que los trabajadores dieran a conocer la situación, la presión mediática hizo que se dé marcha atrás con la decisión.

Sin embargo, el dispositivo, que en Rosario atiende en la Terminal de ómnibus Mariano Moreno y que funciona en diez provincias del país, vuelve a estar en la cuerda floja. Es que a la empresa que presta los servicios se le vence la licitación en menos de dos meses.

“La situación es muy preocupante porque atenta directamente contra la seguridad pública», expresó la psicóloga Nadina Camaño, una de las profesionales que forma parte del equipo, en diálogo con Conclusión.

La UCP para los conductores del transporte que parten de las distintas terminales de ómnibus en el territorio argentino surgió como un proyecto de la CNRT, dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación. Allí, trabajan profesionales psicólogos y médicos que se ocupan de la seguridad de los choferes y pasajeros al momento de salir a la ruta y asegurarse de que eso se cumpla como «un derecho primordial».

Los controles

Dichos controles son llevados a cabo en las Terminales de Ómnibus de las siguientes provincias: Santa Fe (Rosario), La Pampa (Santa Rosa), Mendoza, Misiones (Posadas), Córdoba, Buenos Aires (Mar del Plata, Bahía Blanca, Retiro, Neuquén (Bariloche), Salta, Corrientes y Tucumán (estas dos últimas actualmente inactivas). Esta distribución, permite articular derivaciones fluidas entre los profesionales cuando los conductores, radican en distintos lugares del país, reduciendo así los tiempos y costos del proceso de re evaluación.

«Durante todo este tiempo se han detectado muchísimas situaciones poco saludables, como hipertención arterial, altos valores en la presión, personas con consumo problemático y con problemas de stress crónico, entre otras. Todas situaciones que no son propicias para que la gente se pueda subir tranquila al colectivo”, contó la profesional.

En ese sentido, explicó que la forma de trabajo es a través de “una pequeña evaluación de rigor médico y psicológico” para “chequear en qué condiciones de salud esta esa persona al momento de salir a la ruta”.

En tanto, si la evaluación de ambas áreas se encuentra dentro de los parámetros normales, el conductor procede a continuar su viaje sin indicaciones específicas. En el caso contrario, -si existiera algún parámetro alterado- se procede a la inhabilitación para conducir por la cantidad de días acordes a la afección detectada. Superada esa etapa, se realiza nuevo re-control con el área para determinar devolución y re habilitación de licencia. «Es importante destacar que esta acción lejos de perjudicar al trabajador, pretende promover el ya instalado proceso de re -culturización de hábitos saludables», aclararon los profesionales.

Impacto en la seguridad

“Desde nuestra área interveníamos las licencias por un determinado tiempo, con un lapso no mayor a una semana, de manera que esa persona pueda realizar los controles necesarios para volver a estar en condiciones acordes para salir a trabajar y que nadie pierda sus puesto de trabajo», remarcó Camaño y sostuvo: “El trabajo del chofer requiere de mucha concentración, descanso y condiciones saludables a nivel orgánicos, el dispositivo está para que eso se cumpla”.

Por lo cual, si este dispositivo desaparece, el impacto a nivel seguridad sería de mucha gravedad. «Para nosotros como trabajadores de la salud es muy importante destacar la postura de colaboración que se ha ido construyendo a lo largo del tiempo con respecto a los conductores, apropiándose del espacio y revirtiendo su posición de evaluados a protagonistas del derecho a cuidar su salud por un dispositivo estatal que regula la actividad de la que son parte», reafirmaron desde la UCP.