«Hoy en la Argentina domina la variante de preocupación Gamma, identificada por primera vez en Manaos que representa alrededor del 50-60% de las muestras que analizamos al azar, por lo que su frecuencia en la comunidad está alrededor de ese número», dijo Humberto Debat, virólogo e integrante del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2.

Debat sostuvo que «le sigue Lambda, que es una variante de interés para la Organización Mundial de la Salud (OMS) identificada por primera vez en Perú y que se conoce como la Andina, que representa entre el 30 y 35% de las muestras, y luego hay entre un 5 y un 10% de otra variante de preocupación que es la Alpha, identificada por primera vez en el Reino Unido)».

El especialista añadió que «prácticamente no hay virus de la primera ola circulando» en la actualidad.

En relación a la variante de preocupación «Delta (detectada por primera vez en India) salvo los dos casos de Ciudad de Buenos Aires, los 87 restantes detectados en el país corresponden a casos importados o personas con nexo epidemiológico con viajeros; es decir que hasta el momento no hay evidencia robusta de circulación comunitaria de Delta en nuestro país».

En ese contexto, el especialista indicó que «lo que vemos es que nuestra región tiene un gran impacto en el paisaje de variantes en Argentina, es decir que nos parecemos más a lo que sucede en América Latina que a lo que pasa en Europa».

Por ejemplo, «en este momento Chile tiene un paisaje de variantes muy similar al que presenta la Argentina; la Andina que está muy presente aquí casi no está en Europa; la dominancia de Gamma es consistente con lo que vemos en Chile, Paraguay y Uruguay».

«Una lectura posible de esto es que el aislamiento que se ha dado entre países hace que nos parezcamos más a los países vecinos que a otros más lejanos», aseveró.

Debat afirmó que «hay que recordar que el ingreso, establecimiento y aumento de prevalencia de una variante es un proceso estocástico (que no se puede predecir), azaroso y probabilístico» y añadió que «todas las medidas vinculadas a impedir el ingreso de una variante como la reducción de los vuelos o los aislamientos obligatorios de viajeros son clave».

En ese sentido, apeló a la figura de un incendio para explicar esta importancia: «Si bien una chispa puede provocar fuego, muchas chispas aumentan la posibilidad y la magnitud de un incendio».

«La extinción de linajes es un proceso natural si se controla. Esto quiere decir que si regresa un viajero con la variante y respeta la medida de aislamiento, en un virus sin vectores como éste que sólo se transmite de humano a humano, esa Delta que ingresó desaparece cuando esa persona se recupera», explicó.

Ahora bien, en el caso de que la variante Delta ingresara y comenzara a circular comunitariamente la posibilidad de que se convierta en dominante y el tiempo hasta que esto suceda «es extremadamente discutible».

«A nivel global lo que se vio es que en cuatro o cinco semanas la Delta se convierte en dominante cuando comienza a circular, esto sucedió en Europa y en Estados Unidos; lo mismo había ocurrido con Alpha», detalló Debat.

Al respecto, señaló que cuando fue detectada Alpha en Argentina se asumió que «a partir de que la encontramos en el 4 ó 5 por ciento de los casos, lo más probable era que en un mes o mes y medio iba a ser dominante, pero eso nunca sucedió; nunca superó el 15 por ciento».

En base a este antecedente, Debat afirmó que «decir que una vez que ingrese Delta en cuatro o cinco semanas será dominante en la Argentina como sucedió en Europa o Estados Unidos es arriesgado porque hay varios factores que van a intervenir como la predominancia de variantes que no estaban en el resto del mundo, el proceso avanzado de inmunización y la estacionalidad».

«Por ejemplo no se vio competir en la vida real a Lambda con Delta», describió.

Delta es una variante definida como de preocupación (VOC) por la OMS; actualmente las otras VOC son Alpha, Beta (identificada por primera vez en Sudáfrica) y Gamma.

Las VOC son aquellas variantes que están asociadas a uno o más de los siguientes cambios en un grado significativo: aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de la Covid-19; incremento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad; y/o disminución de la eficacia de las medidas sociales de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles.

Además, la OMS definió que existen variantes de interés (VOI) que son Eta, Iota (de California), Kappa (otra de India) y Lambda.

Las VOI son aquellas que presentan cambios en el genoma que, según se ha demostrado o se prevé, afectan a características del virus como su transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad que causa y su capacidad para escapar a la acción del sistema inmunitario, ser detectado por medios diagnósticos o ser atacado por medicamentos.

También aquellas en las que «se ha comprobado que dan lugar a una transmisión significativa en medio extrahospitalario o causan varios conglomerados de Covid-19 en distintos países, con una prevalencia relativa creciente y ocasionando números cada vez mayores de casos con el tiempo, o bien que presentan, aparentemente, otras características que indiquen que pueden entrañar un nuevo riesgo para la salud pública mundial».