Hace 50 años, el senador y ambientalista Gaylord Nelson proclamó el 22 de abril de 1972 en las Naciones Unidas, esta fecha para celebrar el Día Mundial de la Tierra. Nelson instauró este día para crear “una concienciación común a los problemas de la sobrepoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra”.

Sin embargo, el primer antecedente de esta conmemoración tuvo lugar en 1945, año en el que Morton Hilbert y el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organizaron el Simposio de Ecología Humana, una conferencia en la que estudiantes escucharon a científicos hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana.

Al tomar conciencia del daño que se producían en nuestro planeta, muchas organizaciones ambientalistas manifestaron que una acción muy difundida y sencilla en relación al cuidado ambiental es plantar un árbol, algo que contribuye a la mejora de la calidad del aire. Esto no refiere a solo plantarlo en el suelo y dejarlo para que crezca, sino también asumir el compromiso y cuidado.

¿Sabías que…?

Cada año, el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques; una extensión similar a Islandia.

Los ecosistemas sanos nos ayudan a protegernos de las enfermedades porque la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos.

Alrededor de un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción.

La ONU expresa, que la Madre Tierra claramente nos pide que actuemos. Los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos. El calor extremo, los incendios forestales, las inundaciones y otros eventos climáticos han afectado a millones de personas. Hasta hoy nos enfrentamos al COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.

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El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta.

La humanidad ha declarado la guerra a la naturaleza, algo tan insensato como suicida. Las consecuencias de nuestra temeridad ya están provocando sufrimiento humano, importantes pérdidas económicas y un aceleramiento de la erosión de la vida terrestre. António Guterres – Secretario General de Naciones Unidas.

Este día de la Madre Tierra es el primero que se celebra dentro del Decenio de la ONU para la Restauración de Ecosistemas. Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar aquellos que están dañados ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva. Pero sólo lo conseguiremos si todo el mundo pone de su parte.